La muerte no existe, la vida es eterna, nunca hubo principio y nunca habrá final. Todo final y todo principio pertenecen a la dualidad de la mente humana. Los cuerpos son las cajas que albergan la vida por un tiempo, son temporales, pero el cuerpo no eres tú, no puedes evitar que envejezca, enferme, se seque y muera, si fueras el cuerpo evitarías todo esto. La mente también muere con el deterioro del cuerpo, es forma como él, perecedera. Si no eres la mente , ni el cuerpo ¿ Quién eres en realidad? eres el que observa como envejece la forma en donde habitas, eres quién observa el pensamiento, eres la energía que mueve tu corazón, que hace crecer tus uñas, que mueve tus pupilas, eres el brillo de tu mirada. Todos los cuerpos conectan con la esencia de la vida, da igual como la llames ( alma. energía,Dios,espíritu…) una energía común encarnada por un tiempo. El nacimiento de tu madre no fue su principio y la muerte de su cuerpo no fue su final, pues siempre hay vida y siempre la hubo. Sólo la mente, el «ego», teme morir, porque él si desaparece con el cuerpo, pero la vida no pertenece al mundo de la razón, la vida no pertenece a ningún mundo, pues es el mundo en sí. Tu madre volvió a casa, de donde vino y te aseguro que está mejor que aquí. Perdoname que te escriba así, no es lo que creo, es lo que siento. Un abrazo y sé feliz.
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