Pasé por lo mismo

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David Pinazo
Superadministrador

Hola Mayka, sé como te sientes porque hace años yo pasé exactamente por el mismo calvario que estás viviendo. Te entiendo perfectamente y comprendo cuando cuentas el miedo que tienes a morir y dejar a tu hija sin madre.

Mi hipocondría creo que nació el mismo día en que nació mi hija mayor, tenia miedo, mucho miedo a que se quedará sin madre, continuamente pensaba en enfermedades e incluso pensaba que las tenia. Me daba pánico ir al médico, de hecho no iba nunca por miedo a que me diera un diagnóstico fatal, yo estaba convencida que así seria.

Después de nacer mi segunda hija, mi calvario continuo, en el trabajo me negaba a hacer revisiones por miedo a que me encontraran algo, yo no decía nada a nadie. Y así me pasé años y años pidiendo a Dios que me mantuviera viva hasta que mis hijas fueran mayores y no me necesitaran. Sufría mucho, miraba a mis hijas y me entraban muchas ganas de llorar, no podía concebir que eso llegará a pasar un día.

Cuando tenia que ir necesariamente al médico y mientras esperaba en la consulta me daban ataque de ansiedad, y alguna que otra vez me mareaba del miedo que sentía. Cuando iba a buscar los resultados de unos análisis, seguía los movimientos de las enfermeras y médicos e imaginaba que me miraban con pena porque habían descubierto una grave enfermedad y en cuanto entrara a la consulta el médico me daría el terrible diagnóstico. Y mientras, nadie cercano a mi sabia nada, no hablaba de mis temores con nadie. Fue una temporada que recuerdo con mucho sufrimiento, no vivía, sólo sobrevivía con mis miedos que cada día iban creciendo.

Todos esos miedos imaginarios, son producto de la hipocondría, un trastorno que si no se trata, te impide llevar una vida con plena normalidad. Mirando atrás me enfurezco conmigo misma, pensando en el calvario que pasé debido a mi ignorancia, el miedo no me dejaba reaccionar e iba acumulando enfermedades imaginarias, que seguían una tras otra, desde leucemias, tumores de cerebro, cáncer de estómago, de riñones. Recuerdo también que me llevé de casa de mis padres una enciclopedia médica y cualquier síntoma que tenia, miraba desaforadamente a que enfermedad correspondía, me encogía, se me aceleraba el corazón y siempre encontraba algún síntoma que se correspondía con mi enfermedad, somatizándola e incrementando mis miedos más aún.

He visto crecer a mis hijas, no he disfrutado por culpa de esos temores que me abatían, y ahora ya mayores me doy cuenta del sufrimiento tan inútil que he pasado todos esos años, yo sola, sin pedir ayuda a nadie.

Probablemente, y mirando a mi infancia he llegado a la conclusión que todos los miedos que tenia de pequeña, tenia pánico a que mis padres murieran y me dejaran sola, los trasladé a mis hijas.

La conclusión de todo esto es que uno tiene que pedir ayuda, expresar los miedos y dejarse ayudar. Sólo eso puede parar esa espiral de miedo tan intenso.

Mi consejo es que vayas a un psiquiatra y le cuentes todo lo que te ocurre, él te ayudará en esa obsesión enfermiza que te hace sufrir innecesariamente.

Y por último, puedes ver que continuo viva, mis hijas han crecido, intenté nos transmitirles esos miedos, y por suerte ninguna de las dos es hipocondríaca… de momento y espero que nunca lo sean.

Un abrazo.