A Pablo

Inicio Foros A Pablo

#29951
plantillamaster
Superadministrador

Buenas Pablo!

Mi historia es la siguiente:

Hace un año y medio empecé a tener taquicardias, sensación de desmayo, hormigueos en las piernas, visión borrora (justo antes de la sensación de desmayo), dolor de cabeza, sensaciones de frío o calor… En fin, muchos síntomas físicos que no tenían explicación aparente.

Aún a día de hoy no sabría decir la causa de los ataques de ansiedad que sufría. Digo «sufría», porque aunque ya no tengo crisis que terminen en un ataque de ansiedad propiarmente dicho, sigo con mis miedos, de cuando en cuando taquicardias y sensaciones de frío o calor sobretodo. Pero lo que más me preocupa son los pensamientos negativos, que aunque han ido disminuyendo y controlo mucho mejor, son los que me hacen darme cuenta de que sigo sin ser yo al 100% (siempre he sido muy positiva, viendo la vida de color de rosa).

Los síntomas físicos tienen una explicación muy sencilla. El cuerpo se prepara para enfrentarse a un peligro (un peligro que alimentamos con nuestro pensamientos, porque por norma no es real), por tanto bombea sangre rápidamente (taquicardia o sensación de huelco al corazón), lo cual acelera la respiración (sensación de falta de oxígeno). Toda la sangre se dirije a las partes del cuerpo que «deberían» prepararse para la huída o la confrontación del peligro, así que la falta de oxígeno en, por ejemplo, las manos, provoca embotamiento de las mismas u hormigueos, y exceso de calor/frío. Lo mismo pasa con los mareos o la sensación de desmayo, porque no circula la sangre como debería.

Yo de hecho pensaba que lo que me ocurría eran bajonas de azúcar… El día que se desencadenó completamente mi trastorno de ansiedad (que yo ya andaba acumulando sin saberlo), fue en el trabajo. De repente empecé a encontrarme mal, y estaba ansiosa esperando a que viniera un compañero a darme el relevo de mi puesto. En cuanto me quitaron de mi puesto para ir a descansar, nada más llegar a una zona alejada de los clientes, me senté en el suelo (yo no recuerdo que me sentara, para mi hubiera sido lo mismo caerme ahí mismo), tenía la visión borrosa, no lograba pensar con claridad y no respondía a los demás compañeros que me iban preguntando por mi estado, aunque los oía perfectamente. Las luces y los sonidos empezaron a molestarme, sólo sentía ganas de llorar, pero sin saber porqué, así que más preocupación y empezaron las taquicardias. Fui al médico pero todas las pruebas estaban bien, la presión, el corazón.. no tenía nada raro en mis análisis, etc.

Cuando mi médico me contó todo eso de que los ataques de ansiedad es una reacción humana completamente normal, empecé a darles un sentido a los síntomas físicos que me ocurrían, tal cual te expliqué más arriba. Sabía que no había ningún peligro a mi alrededor, aunque al principio me costaba controlarme y acabe en urgencias varias veces (para nada, porque al final se pasa solo).

Así que para mi, la solución más simple es centrarte en los pensamientos que te rondan la cabeza antes de empezar a estar mal físicamente y durante, no tanto en los síntomas físicos en sí. Tratar de erradicar esos pensamientos o imágenes que te provocan el malestar, cambiándolos por recuerdos, pensamientos e imágenes positivas. Claro que lleva su tiempo, hay que tener paciencia y ser constante. Si tienes la ayuda de un profesional que te guíe, mejor que mejor. Ya ni digamos tener la posibilidad de contarle lo que te ocurre a alguien de tu entorno de confianza, familiar o amigo.

Una vez logres detener los pensamientos que te afligen, o como mínimo, tratar de posponerlos para un momento en el que puedas pensar en ellos sin miedo alguno a que te pase algo, es cortar todo lo demás de ráiz.

Obviamente que no todos funcionamos ni mejoramos de igual manera, por eso siempre es recomendable la opinión de un experto. A mi por ejemplo los ansiolíticos no me funcionaron, pero si la terapia psicológica y marcarme una rutina. A día de hoy lo que más me cuesta es mantener un horario de sueño, pero trato de no agobiarme y no culpabilizarme si alguna vez fallo al tratar de alcanzar una meta.

Como truquito, te aconsejo el método del «anclaje», que parece una tontería (y hoy he explicado en otro post), pero a mi me ayudó mucho. Tendrías que hacer lo siguiente:

En un momento en el que estés tranquilo y medianamente bien, busca un recuerdo o pensamiento bonito, alegre, algo que te guste en definitiva. Puede ser cualquier cosa, un recuerdo de la infancia por ejemplo. Piensa y recréate con esa imágen, en ese recuerdo. Trata de meterte en el pesamiento, rememorando cada detalle, hasta que tengas una sensación de bienestar. En ese momento, tócate una oreja, pellízcate la pierna, apreta un dedo de tu mano con la otra, o cualquier otro gesto que te sea sencillo de realizar independientemente de la situación. Repite el proceso varias veces, siempre en un momento de estabilidad emocional, siempre el mismo recuerdo con el mismo recuerdo. Esto sería, pues, «anclar» el recuerdo bonito a una acción en particular.

Cuando empieces a notar que te sientes mal, realiza la acción que anclaste al recuerdo… de esta manera, reemplazarás tus pensamientos de miedo, inseguridad y demás, por ese que te aporta bienestar y tranquilidad. Esto funciona sobretodo al principio de un ataque de ansiedad.. cuando ya has dejado que la sensación de malestar crezca es más dificil que surja efecto…

De cuando en cuando, refresca el anclaje (repite el primer paso para tenerlo siempre cargado y fresco). Y también puedes tener varios anclajes a diferentes recuerdos o pensamientos positivos. A mi esto me funcionó muy bien, y puedo decir que hace muchos meses que no caigo en una crisis mayúscula, ni tengo necesidad de recurrir a los relajantes musculares que me recetaron en su día.

Lo demás es ir poco a poco, y quiero pensar que todo esto nos sucede para que después podamos ser más felices con lo que la vida nos ofrece. Saludos y ojalá te recuperes pronto!