Hola Dani,
Soy Angi del grupo del sábado. Me sentaba más o menos delante tuyo, no sé si te acordarás (morena, bajita y… me puse mis gafas azules!!).
Yo creo que de entrada no puedes pretender que el contacto visual te surja de forma “natural y automática”. Se me ocurre que quizás podrías ponerte como meta el ir “ensayando” con tu gente más allegada y de confianza (aunque no sé si también te pasa con ellos)e ir ampliando el “círculo” a medida que te va saliendo de manera más o menos satisfactoria con ellos. Tampoco debes ser muy perfeccionista ni esperar que sea muy natural. Yo creo que a medida que lo vayas ensayando y veas que no pasa nada ya irás adquiriendo muy poco a poco esa naturalidad de la que hablas. Proponle a tu terapeuta la práctica en clase, que seguro que te irá bien.
Puedo entender lo que explicas porque, aunque no tengo ese problema tal cual, si es verdad que ante personas que no conozco y de una cierta autoridad noto algo de incomodidad y tensión mirando a los ojos: Aquello de que cuesta aguantar la mirada y no sabes si miras mucho o poco.
En cuanto a tus otras cuestiones intentaré ser breve…
De alguna manera mi respuesta es la misma que para el tema de la mirada. No puedes esperar que el primer día que te enfrentas a algo sea una “maravilla” (o en el caso del contacto ocular, “natural”). Hicimos un primer ejercicio y es normal que estuvieras/ estuviéramos nervioso/s, si ese mismo ejercicio lo hicieras con frecuencia al final tu ansiedad se reduciría muy notablemente. De todas formas, se te vio bastante tranquilo, deberías estar orgulloso y no decepcionado (en serio!)… Esto se trata de ir valorando cada pequeño pasito y no de esperar que tu ansiedad desaparezca de la noche a la mañana.
En cuanto el punto 1, más de lo mismo, pasito a pasito. El psicólogo ya dio la fórmula para romper el círculo vicioso. Lo difícil va a ser ponerla en marcha, verdad? La fórmula era: Ir enfrenándonos cada vez y de manera progresiva a más situaciones ansiógenas a la vez que vamos intentando reducir las conductas defensivas.
¿Te acuerdas de que yo le pregunté acerca de cómo saber qué situación era apropiada para poder enfrentarnos y qué situación no lo era? Contestaron que haciendo “una pequeña lista” con situaciones que te provoquen ansiedad, clasificadas del 1 al 10. Así por ejemplo, deberíamos (a mi modo de entender)empezar por enfrentarnos a una situación 1, después una 1 reduciendo las conductas defensivas, cuando consigamos reducir la ansiedad deberíamos enfrentarnos a una 2 y así sucesivamente….
Conclusión: No hay fórmulas mágicas, pero se supone (y yo estoy segura de que así será) que pasito a pasito se va deshaciendo el entuerto, la paradoja, el círculo vicioso o como lo queramos llamar.
Bueno Dani, al final de breve nada, pero espero que lo que te digo te aclare un poquito tus dudas.
Por cierto, a mí se me ha planteado una situación muy ansiógena (pongamos un 7 bien bueno) que es ir el viernes a una cena de ex-compañeras del cole, a la mayoría de las cuales no veo desde hace 5- 7 años. Me apura lo que siempre me apura… ponerme como un tomatito. Yo con amigos (de poca confianza)no suelo inhibirme demasiado, me pongo roja, me siento incómoda por el calor que siento, por si se me notará o no y qué hacer, pero dentro de lo que cabe (lo que me permiten mis pensamientos distorsionadores) suelo hablar bastante y estar participativa y risueña. De todas formas, hay momentos en los que lo paso bastante mal y eso me hace anticipar y tener impulsos de evitarlo y no ir.
Ayer les expliqué un poco lo que me pasaba a dos de las amigas que me llamaron y me insistían para que fuera porque no tenía ningunas ganas de poner excusas falsas y ya había faltado a la última reunión. Una de ellas también tiene ansiedad (me explicó su problema la última vez que la vi, el año pasado), así que se supone que lo podía entender bien. La otra reaccionó muy bien e incluso se ofreció a venirme a buscar a casa y “romper un poco el hielo” antes tomando algo tranquilas.
En fin que la gente en general lo entiende todo y es muy maja, pero yo soy tan “tonta” que aún así tengo miedo de ir por si me pongo muy roja, y qué haré si me pasa, qué pensarán, etc.
¿Tú/vosotros qué harías/haríais? ¿Creéis que debería enfrentarme a la situación o que como ésta es para mí de alto riesgo (un 7 aprox.) me puede salir mal (“tomatito”) y va a ser peor el remedio que la enfermedad?
Estoy entre ir o proponerles a las que están haciendo esfuerzos por verme de quedar otro día más tranquilas (menos gente y vermut al aire libre…ya me entendéis). El problema es que parece que me siento mal haga lo que haga, una opción me acarreará problemas y la otra me hace sentir cobarde. ¿Qué decís?
Saludos y gracias.
