Ramón, cuando estás cabreado o contento, tu pensamiento no tiene lugar para ocuparse de la ansiedad, si estás enfadado tu mente se concentra solo en ese enfado, y no deja espacio a la ansiedad. Igual que cuando estás contento, tu mente está ocupado disfrutando de ese momento y se olvida de la ansiedad.
Por el contrario cuando te relajas y estás tranquilo, tu mente no está ocupada y probablemente aparecen los pensamientos de miedo, de temor a que vuelva a aparecer la ansiedad. Aunque esto parezca una contradicción, ya que el relajamiento mental es un arma contra la ansiedad, en muchos casos ocurre lo contrario.
A mi me pasaba, cuando estaba trabajando, ocupada y concentrada en algo, mi ansiedad se disipaba, no me acordaba de ella, porque otros pensamientos ocupaban mi mente, sin embargo cuando llegaba a casa e intentaba relajarme mi cabeza iba a mil revoluciones por minuto, pensaba en mil cosas a la vez, en lo que tenía que hacer y no había hecho, en que no me quedaba tiempo para hacer lo que tenia previsto, no me sentía útil, me parecía perder el tiempo, etc.. y así en cuestión de minutos aparecía la terrible crisis de ansiedad.
Sin embargo, el trabajo es conseguir dejar la mente en blanco, no dejar lugar a ningún pensamiento negativo, concentrarnos en la respiración, escuchar lo que el cuerpo te transmite, dejar que ocurra y aceptar lo que te ocurre. Cuando llegas a ser capaz de disfrutar de esos momentos, en los que no estás haciendo nada, sin tener ninguna emoción ni pensamiento, es cuando empiezas a ver la luz.
Te pongo un ejemplo, ayer cuando llegué a casa después de trabajar, estaba muy nerviosa, tenía taquicardias, malestar general. ¿Sabes que hice? Me encerré en una habitación, puse música relajante, me tumbé en el sofá, empecé a respirar hondo, profundamente, intentado pensar que cuando expiraba el aire salían con él todas las preocupaciones y pensamientos negativos. Al final conseguí dormirme. Tiempo atrás hubiera corrido a coger un ansiolítico, me lo hubiera colocado debajo de lengua y esperado a que hiciera efecto. O sea matar al enemigo rápidamente con la fuerza en lugar de con, la paciencia y la resistencia, poco a poco y de forma persistente. O sea que tu mente puede ser tu peor enemigo o por el contrario tu gran aliado para vencer la ansiedad, todo depende del valor que le des a tu mente. Hay dos opciones: o te rindes tú o se rinde ella.
Un abrazo amigo, e intenta ser tú, el que dirige tus pensamientos y no al contrario, no les des permiso, niégales la entrada.