Hola Abril,

Creo que la incomprensión de los demás hacia las personas que padecemos este trastorno es un hecho bastante común. Y cuando digo “los demás” incluye también a las personas más cercanas a nosotros, nuestra familia y amigos. Yo llevo muchísimos años así y es decepcionante constatar la incomodidad y en cierta medida el rechazo que sienten las personas con las que llevas tiempo conviviendo.

El otro día, sin ir más lejos, tuve que escucharme de una persona muy cercana a mi, que al psicólogo solo va la gente que está loca, o la gente que le ha ocurrido alguna desgracia. Ante opiniones así, no cabe respuesta alguna, ni vale la pena esforzarse un segundo en dar la más mínima explicación. Es una sentencia hecha desde la más completa ignorancia pero que duele e incluso puede llegar a hacerte sentir culpable de tus sentimientos, hacer tambalear nuestra ya débil seguridad y hundirnos más si cabe.

Una de las consecuencias de esta incomprensión es la reclusión hacia la soledad. La gente suele entender una enfermedad física porque tiene una explicación lógica dentro de unos parámetros médicos, pero los dolores del alma y la mente continúan siendo un tabú en una sociedad cada vez más deshumanizada y que valora más la agresividad, el liderazgo al que llega la gente sin escrúpulos, sobretodo en el terreno laboral, y la debilidad no encaja con el éxito que es lo que hoy en día mueve a las masas.

Por eso nosotros nos sentimos más vulnerables ante el resto del mundo, e incluso llegamos a sentirnos avergonzados ante los demás a los que vemos más fuerte y seguros. Ante los ojos de la gente que no entiende nuestro trastorno, deberíamos ser más optimistas, no caer en el pesimismo, esforzarnos para cambiar, ser positivos, no hundirnos, etc. Yo estoy más que harta de oír este tipo de consejos que normalmente vienen de gente que no tiene ni idea de lo que se mueve dentro de nosotros.

Si te das cuenta a nadie le avergüenza ni le importa decir que tiene gripe, colesterol, lumbago o artritis, pero normalmente nadie cuenta abiertamente que tiene depresión, trastorno de ansiedad, ataques de pánico, fobia social o trastorno obsesivo compulsivo.

No te sientas ni culpable, ni avergonzada por tener que mentir en alguna ocasión, solo es un mecanismo de defensa para sobrevivir o malvivir en una sociedad incapaz de aceptar algo que no entiende, pero que existe.

Por eso yo hace más de 7 años que entro en este foro, donde sé que hay gente que está sufriendo lo mismo que yo y en consecuencia me entiende, y donde también sé que puedo ayudar y aportar mi granito de arena.

Y yo también como tú, recuerdo mi infancia y adolescencia con dolor y tristeza, más bien mi mente ha borrado parte de ella, pero que en mi inconsciente también voy arrastrando y sé con seguridad que parte del secreto está ahí, una cicatriz que puede abrirse en cualquier momento para recordarme que el pasado tiene que ver mucho con nuestro presente.

Intenta conservar esa brizna de esperanza, esas mínimas ganas de luchar aunque el día a día represente un esfuerzo para salir adelante.

Un fuerte abrazo para ti y para tu hija.