Que bonita la historia, me hace recordar las largas colas que haciamos toda la familia dentro de un 600 apretujados, sin aire acondicionado ni dirección asistida y las carreteras estaban llenas de curvas y lo bien que lo pasabamos escuchando los domingos al regresar los partidos de futbol por la radio jajajaja…
Es cierto, los que hemos podido tener una casa fuera de Barcelona ha sido una recarga de pilas impresionante yo por suerte todavía lo hago y cuando en verano paso más de un mes fuera de la gran urbe y regreso a mi piso la cocina tiene vistas a un patio de luces … en serio, paso varios dias depresiva total, hasta que me acostumbro a las tiendas de siempre, los olores de la ciudad y la gente que pasa por tu lado sin saludar.
Eso es la gran ciudad .
Un abrazo
Pretty