Padi,

Recuerdo la historia que un dia nos contaste de Gloria, y la recuerdo especialmente por lo dramática que es.

Leemos muchas historias pero no todas las recordamos, sólo se recuerdan aquellas que de una forma u otra nos han llegado al fondo del corazón.

Gloria tuvo el valor que yo nunca tendria, te lo aseguro, porque yo, por mucho que me pese, seria incapaz de afrontar una situación como ésta, dejando fluir el dolor.

Muchas veces pienso que una de las asignaturas pendientes en esta vida es aprender la tolerancia al dolor. Somos demasiado superficiales y no estamos ni acostumbrados, ni mucho menos preparados para sufrir. Aceptar el sufrimiento como parte de la vida misma forma parte del proceso de curación, pero para ello es necesario un aprendizaje que deberia empezar desde nuestra infancia, desde la propia familia.

La magnitud de la tragedia sólo depende de nuestra actitud y el grado de tolerancia que tengamos al dolor.

Todo mi respeto y admiración para Gloria, ojalá su ejemplo sirviera para muchos de nosotros.