Después del lapsus con la poesia de Antonio Machado que confundí con Rosalia de Castro, me quedó una espinita clavada en el corazón.
Por eso estuve buscando y enseguida me dí cuenta que la confusión se debia a que a mi me sonaba que Rosalia escribió el siguiente poema:
Tenía una vez un clavo
clavado en el corazón,
y ya no recuerdo si eral aquel clavo
de oro, de hierro o de amor.
Sólo sé de él que me hirió tan hondo,
que tanto me atormentó,
que día y noche sin cesar lloraba,
cual lloró Magdalena en la Pasión.
«Señor, que todo lo puedes
le pedí una vez a Dios-,
dame valor para arrancar de un golpe
clavo de tal condición.»
Diómelo Dios, lo arranqué;
…¿quién lo dijera…? Hasta hoy
ya no sentí más tormentos
ni supe qué era el dolor;
sólo supe que algo me faltaba
donde el clavo faltó,
y aún sentí nostalgia, aún sentí nostalgia
de aquella pena… ¡buen Dios!
Este barro mortal que envuelve el alma,
¡quién lo entenderá, Señor…!
Y es que no era un espina, era un clavo!!!! )))
Jejejejee lo que hace la ignorancia ))