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- 6 de noviembre de 2013 a las 23:12 #22722plantillamasterSuperadministrador
Tengo 17 años. Todo me comenzó con un ataque de pánico después de una clase de danzas, en el que literalmente sentía que me iba a morir y que debían llevarme al hospital. En la clase me había bajado un poco la presión, y mis miedos lo llevaron al ataque de pánico. Cuando el ataque pasó, no me pude dormir en toda la noche. Tenía palpitaciones, me levantaba de golpe con miedo y sensaciones feas.
Al día siguiente de este episodio empecé terapia con una psicóloga a la que ya iba de chica.
Desde ese día todo cambió en mí, y todas las noches siguientes me costaba mucho dormirme porque me sentía con miedo, hasta que descubrí que mi miedo era a dormirme, literalmente. Me daba miedo dormir porque sentía que cuando dormía era como estar muerta, sin controlarme, inconsciente, que cualquier cosa podía pasarme. Me daba mucho miedo no darme cuenta en qué momento pasaba de estar despierta a estar durmiendo, y eso me ponía muy nerviosa al punto de no dejarme dormir. El miedo era clave: miedo a dormirme por sentir que no podía controlarme.
Unos días después, haciendo cosas como todos los días, se me vino a la cabeza la idea de que me iba a morir, y eso me llevó hasta el pánico. Empecé a pensar sin parar en qué sucedería después de la muerte, qué iba a pasar conmigo, que lo único que es infinito es la muerta, qué qué iba a quedar de mi. Estuve meses sufriendo con la idea y el pánico feroz a morirme, llorando varias veces y con el insomnio acompañándome. Una noche, me empezó un mareo muy extraño que no se me iba ni durmiendo, ni comiendo, ni bañándome. Era un mareo de sentir todo como en un vaho, en una nube, en una película o en un sueño. Me sentía afuera de todas las situaciones, como si las estuviera mirando desde lejos, como si estuviera completamente desenfocada y en otra dimensión. Esto, por supuesto, siguió angustiándome.
A la par de esta sensación de desenfoque, empecé a sentir extraña a la vida. Me levantaba por las mañanas y de las siestas con la sensación de que todo era mentira, una irrealidad, que nada tenía sentido, que no entendía QUÉ era la vida: una desrealización de la vida muy difícil de explicar. Esta sensación me provocaba mucho miedo y angustia, no podía comer porque tenía el estómago cerrado, no podía salir a bailar, no podía hacer nada. Lo único que quería era estar en mi casa con mi familia.
Hasta que una noche empecé a sentir raros a mis familiares, a mis propios papás. Los veía y pensaba: »Ellos son mis padres? Ellos son? Por qué?». Y los miraba y los sentía raros, o los pensaba y me parecían raros.
Esto me hizo sufrir mucho, y hasta el día de hoy a veces todavía lo siento. Los siento extraños, agenos, que no entiendo por qué ellos son mis papás, si realmente son ellos.
Llegué al punto de sentir rara la vida, mis padres, con el insomnio: solo me tenía a mí. Pensando 24 hs sin parar, no podía relajarme, hice una consulta con una psiquiátra que me recetó Sertalina. El análisis con mi terapeuta seguía pero no lograba relajar. Sentía que me estaba volviendo loca, que iba a terminar en un psiquiátrico para siempre y que todo era mentira e irreal. Sentía irreal el hecho de ir a la psicóloga, sentía irreal mi problema. Todo iba para atrás.
A la semana siguiente de ir a la psiquiátra, me empecé repentinamente a sentir mejor. Las sensaciones iban y volvían pero no las tenía TODO el tiempo, me sentía más aliviada, así que pospuse la toma de la medicación.
Estuve bien dos semanas hasta que un día me empezó a pasar lo que me sigue pasando hasta el día de hoy, y me da mucho miedo y siento que nunca podré solucionar: me empecé a sentir extraña conmigo misma.
Empecé a tomar consciencia de mí, de mis pensamientos. Empecé a preguntarme realmente quién era yo, qué soy yo, por qué yo soy yo y no otra persona, qué piensan las demás personas, cómo hacen los demás para no preguntarse sobre sí mismos y estar conscientes de lo que piensan.
Tan agudo es el enrarecimiento conmigo misma, que me veo extraña en el espejo y escucho mi voz extraña. Todo lo que hago las 24 hs del día, lo estoy pensando y sintiéndome extraña, agena, sin entender qué/quién soy. Como controlándome, controlando mis pensamientos, metida dentro de mi cabeza. Lo que siento estos días es claustrofobia de mí misma, ganas de salir de mi cuerpo, como si la que pensara todo esto no soy yo, sino otra. Me siento como una cabeza en un cuerpo. No entiendo qué soy, por qué soy yo, que es ser.
Es como si estuviera haciendo consciente mis pensamientos todo el tiempo, cada segundo, y realmente tengo mucho miedo de no poder quitarme este enrarecimiento de encima ya que es conmigo. Y yo seré yo para toda la vida, aunque ahora me cueste entender qué es ser yo.
Alguien está pasando por esto? Alguien también lo siente? Es insoportable esta des-personalización que siento, estar todo el día pensando en mi, en qué soy. No puedo soportarlo más. Desde que estoy así que ya la muerte no me da tanto miedo porque no estoy aferrada a mí, no entiendo qué soy. A veces, en mis peores momentos, siento que solo la muerte podrá quitarme esta sensación, es muy triste.
Hay salida a esta sensación? Cómo haré? Es para siempre?
Por favor, respondan. Gracias a todos por leer. - AutorEntradas
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