Gracias, Fina, gracias, anA. Es cierto, me encuentro mejor, al menos llevo una vida casi normal, sin descuidar eso si, la medicación.
He pensado muchas veces en este tiempo que mi ansiedad y la muerte de Julio se dieron de hostias. Ganó la pérdida absoluta…Me explico: ante el hecho irreparable de una muerte, comencé a relativizar mi trastorno y si bien necesité algo más de medicación en un principio, las horas y horas de darle vueltas a la cabeza me han ido llevando a una nueva perspectiva sobre la vida.
Siempre creí que ante un hecho así, no saldría con bien y empeoraría muchísimo. Como he dicho, cotejando ambas y repito, ayudada por la medicación ( sola no hubiera podido ) a día de hoy, vivo intensamente el presente y disfruto mientras estoy aquí…
He tenido, dentro de la desgracia, un cambio en mi forma de plantearme la importancia que quiero darle a las cosas.
Abrazos, compañeras.
Lydia.