Respuesta a: nerviosismo y y latidos del corazon

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#45921
Fernando
Superadministrador

[:es]

La vida de mi amigo era un infierno. Básicamente tenía DOS problemas:

El PRIMERO es que las alarmas de su casa se disparaban solas sin ningún motivo aparente. La alarma de seguridad, la de incendios, la de monóxido de carbono… Cualquiera de ellas saltaba en el momento más inesperado, con su estruendo de sirenas, pitidos o luces intermitentes, sin que hubiera una causa real para ello. No había ladrones, ni fuego, ni gases tóxicos, pero era difícil vivir en permanente sobresalto.

Pero el problema más grave era el SEGUNDO, que es que mi amigo es más tonto que una alpargata. ¿Por qué?. Pues porque cada vez que saltaba una alarma se llevaba un susto atroz, corría a esconderse en un armario y llamaba a la policía si era la de robo, salía disparado de casa llamando a los bomberos si era la de incendio… Las primeras veces que se le disparó alguna alarma tenía alguna justificación creerse que de verdad había una amenaza, pero tras años y años de vivir en permanente sobresalto sin que en realidad pasara nada, cualquiera con más luces ya se habría dado cuenta de que el problema no era el fuego, ni los gases, ni los ladrones; sino que el problema era la porquería de alarmas que había instalado. Que debería pensar seriamente en arreglarlas, en lugar de estar permanentemente atemorizado por peligros inexistentes.

Su vida cambió radicalmente el día en que los bomberos le sentaron en una silla y le dijeron:

– Mire usted, buen hombre: Estamos hasta el casco de que nos haga correr para nada, y de ver como desperdicia su vida entre temores sin fundamento. Por favor, mëtase esto en la cabeza: NO LE PASA NADA A SU CASA. La próxima vez que salte una alarma dígase a sí mismo: «Mierda de alarma… Ya ha saltado otra vez!» pero simplemente intente apagarla o ponerle un trapo para que no haga tanto ruido, pero siga con su vida porque ni hay ladrones, ni fuego, ni una fuga de gas, ni nada.

Quiero decir que la próxima vez que en tu cabecita salte una alarma diciendo «Uuuiii!!… Uuuiii!!… te va a dr un infarto!!», o «Uuuiii!!… Uuuiii!!… te vas a desmayar!!», o «Uuuiii!!… Uuuiii!!… vas a perder el control!!», etc. hay que decirse, «Mierda de alarma!» y seguir como si tal cosa, porque ni te va a dar un infarto, ni te vas a desmayar, ni te vas a volver loco, ni nada. Lo mal que te encuentres en este momento es simple consecuencia del suste que te llevas porque de verdad crees que te va a pasar algo, pero ¿alguna vez te ha pasado de verdad algo de eso?. ¿No?. Pues entonces… Si llegas a entender que NO TE VA A PASAR NADA, y te dices «- Sí, hombre! Ahora viene cuando me desmayo… Anda ya!. No te j…» y sigues con lo que estés haciendo, tu calidad de vida mejorará infinitamente; y hasta es posible que el duendecillo cabrón que dispara las alarmas, al ver que ya no puede hacerte correr como gallina sin cabeza, se canse de hacerlas sonar porque ya no le divertirá. (Y hasta es posble que llegues a darte cuenta de que el duendecillo cabrón eres tú.)

[:ca]La vida de mi amigo era un infierno. Básicamente tenía DOS problemas:

El PRIMERO es que las alarmas de su casa se disparaban solas sin ningún motivo aparente. La alarma de seguridad, la de incendios, la de monóxido de carbono… Cualquiera de ellas saltaba en el momento más inesperado, con su estruendo de sirenas, pitidos o luces intermitentes, sin que hubiera una causa real para ello. No había ladrones, ni fuego, ni gases tóxicos, pero era difícil vivir en permanente sobresalto.

Pero el problema más grave era el SEGUNDO, que es que mi amigo es más tonto que una alpargata. ¿Por qué?. Pues porque cada vez que saltaba una alarma se llevaba un susto atroz, corría a esconderse en un armario y llamaba a la policía si era la de robo, salía disparado de casa llamando a los bomberos si era la de incendio… Las primeras veces que se le disparó alguna alarma tenía alguna justificación creerse que de verdad había una amenaza, pero tras años y años de vivir en permanente sobresalto sin que en realidad pasara nada, cualquiera con más luces ya se habría dado cuenta de que el problema no era el fuego, ni los gases, ni los ladrones; sino que el problema era la porquería de alarmas que había instalado. Que debería pensar seriamente en arreglarlas, en lugar de estar permanentemente atemorizado por peligros inexistentes.

Su vida cambió radicalmente el día en que los bomberos le sentaron en una silla y le dijeron:

– Mire usted, buen hombre: Estamos hasta el casco de que nos haga correr para nada, y de ver como desperdicia su vida entre temores sin fundamento. Por favor, mëtase esto en la cabeza: NO LE PASA NADA A SU CASA. La próxima vez que salte una alarma dígase a sí mismo: «Mierda de alarma… Ya ha saltado otra vez!» pero simplemente intente apagarla o ponerle un trapo para que no haga tanto ruido, pero siga con su vida porque ni hay ladrones, ni fuego, ni una fuga de gas, ni nada.

Quiero decir que la próxima vez que en tu cabecita salte una alarma diciendo «Uuuiii!!… Uuuiii!!… te va a dr un infarto!!», o «Uuuiii!!… Uuuiii!!… te vas a desmayar!!», o «Uuuiii!!… Uuuiii!!… vas a perder el control!!», etc. hay que decirse, «Mierda de alarma!» y seguir como si tal cosa, porque ni te va a dar un infarto, ni te vas a desmayar, ni te vas a volver loco, ni nada. Lo mal que te encuentres en este momento es simple consecuencia del suste que te llevas porque de verdad crees que te va a pasar algo, pero ¿alguna vez te ha pasado de verdad algo de eso?. ¿No?. Pues entonces… Si llegas a entender que NO TE VA A PASAR NADA, y te dices «- Sí, hombre! Ahora viene cuando me desmayo… Anda ya!. No te j…» y sigues con lo que estés haciendo, tu calidad de vida mejorará infinitamente; y hasta es posible que el duendecillo cabrón que dispara las alarmas, al ver que ya no puede hacerte correr como gallina sin cabeza, se canse de hacerlas sonar porque ya no le divertirá. (Y hasta es posble que llegues a darte cuenta de que el duendecillo cabrón eres tú.)[:]