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Hola a tod@s:

Veo que hay condensado en este foro infinidad de experiencias, la verdad es que aunque existe el refrán de que «mal de muchos, consuelo de tontos», conocer que hay personas que están compartiendo tu experiencia reconforta un poco.

Llevo 3 o 4 años tomando escitalopran (Esertia o Cipralex), y Orap. Los efectos secundarios que soporto son, el tardar en encontrarme despierto más de una hora, engordar (peso 109 kg.), el tener que forzarme a hacer cosas ya que casi en ningún momento tengo realmente ganas de hacer algo.

Llevo casi toda mi vida luchando contra la depresión y la ansiedad, 10 años desde que comencé a tomar medicación. Los últimos 5 años han sido decisivos para poder sentirme como una persona «normal».
Comencé mi tratamiento con fluoxetina (Prozac), con Orfidal y con Zyprexa. Fue algo mágico, comencé a sentirme alegre, contento con ganas de hacer cosas, pude relacionarme con los demás, no tenía apenas fobia social, pude mantener un empleo que todavía conservo en estos tiempos tan difíciles. Eso si, engordé enormemente.
Un terrible accidente de circulación me trajo de nuevo a la ansiedad, un mounstro que me secuestró durante 4 años. Bebía alcohol, algo que no se debe hacer nunca, no es que lo hiciese mucho, no era un borracho, pero lo suficiente para destruir la poca serotonina que quedaba en mi cerebro. El tratamiento psiquiátrico se agotó, toda nueva medicación solo lograba mejorarme temporalmente, después las recaidas eran terribles. La irritabilidad y el comportamiento violento (violencia verbal), hacían que me sintiera como un ser despreciable, algo que solo alimentaba aún más la ansiedad y de la mano llegaba la depresión.

Leyendo todo lo que aparecía en mis manos descubrí que lo que realmente tenía que hacer es psicoterapia y apoyo psiquiátrico, que es lo que llevo realizando estos últimos 5 años. Las recaidas se han reducido al mínimo, las visitas al psicólogo y al psiquiatra también, la ansiedad casi ha desaparecido. Lo último que he realizado es hacer ejercicio, ha sido lo que finalmente le faltaba a mi cerebro. Me encuentro muy bien (psicoterapia, escitalopram, Orap, ejercicio y dieta sana, nada de alcohol).
Tengo 40 años y en estos momentos estoy pasando por el tan mencionado «síndrome de los 40», esto me hace sentirme triste, pero no ansioso ni nervioso que era lo que años atrás me hubiese ocurrido. Creo que es algo normal, que casi todo el mundo transcurre por este trance, el recordar episodios de la vida pasada, y no es que mi vida pasada haya sido algo muy alegre.
En estos momentos, la primavera, no esta socavando mucho mi estabilidad emocional, lo que me hace pensar que ya va siendo hora de consultar al psiquiatra una reducción de mi medicación (o supresión). La psicoterapia de momento no pienso en dejarla, ya que ha sido decisiva para mi gran mejoría, pero si se ha reducido enormemente las visitas, y consecuentemente han disminuido mis gastos.
Lo que más me preocupa, sobre los efectos secundarios del escitalopram, es la disminución de la líbido. El deseo sexual se me ha reducido enormemente. Estaba muy preocupado, creía que era por la edad, pero gracias a este foro he descubierto que no, que se confirman mis sospechas, que es un efecto secundario poco deseable de la medicación. Menos mal, ya que el fantasma de la impotencia desaparece. No tengo un problema físico, sino un efecto provocado por la medicación.

Somos muchos los que desgraciadamente sufrimos este mal del siglo XX y XXI, los avances científicos y tecnológicos son todavía incipientes, queda mucho camino por recorrer, pero gracias a los nuevos fármacos, y a la psicoterapia muchos podemos sentirnos y comportarnos dentro de márgenes normalizados. No obstante no podemos olvidar que la vida esta llena de sin sabores, y de experiencias terribles, pero también debemos disfrutar de los buenos momentos que ésta nos aporta. Los fármacos, la psicoterapia, la alimentación, el ejercicio nos pueden ayudar enormemente a ello, pero otra parte depende solamente de como afrontemos los malos momentos que la vida todavía nos guarda para el día menos señalado hacernos daño.

Saludos