Yo padezco ansiedad desde los 17. Tengo dos hijos de 8 y 3 años. Os cuento:
En mi primer embarazo, eran tanta la alegría, porque tardé unos mesecillos en quedarme embarazada y ya pensé que no lo conseguiría (siempre poniéndonos en lo peor), que yo no tuve ni ansiedad ni nada, sólo mucha alegría. Una amenaza de aborto, me cuidé muchísimo, guardé el reposo absoluto y tuve una niña preciosa. Pero qué pasó: Fue tenerla en mis brazos, me asusté tanto, y no os voy a contar el pedazo de depresión y cuadro de ansiedad que tuve. Recuerdo que en el hospital, me abrazé a mi marido, le dije: vámonos fuera. Y allí me abrazé a él, llorando, muerta de miedo, que no iba a ser capaz, que no iba a poder sacar a mi niña adelante. Os lo cuento con lágrimas en los ojos.
Aquella historia paso, me costó, pero pasó. Eso sí, pensaba que jamás tendría otro hijo, porque ya no me sentía segura de mí.
Pasaron los años, mi vida laboral volvió de nuevo a ser estable, y empecé a sentir deseos de tener otro hijo. Mi marido se echaba a temblar, pero poco a poco le veía una sonrisilla como de querer… Me quedé embarazada. Lo primero que hice fue llamar a mi psiquiatra de siempre, para preguntarle qué pasaría si me dieran crisis. Me dijo que no me preocupara, que las hormonas del embarazo me ayudarían a sentirme mejor. Así fue, hasta que un tocólogo privado se le ocurrió decirme que creía que el niño no era normal, que había desproporción de miembros… Aquella noche sufrí una fuerte crisis de ansiedad, empecé a comparar opiniones de médicos, los de la seguridad social lo veían todo normal, el niño no iba a ser tan grande como la hermana (que pesó 4 kilos, pero nada más). ¿Qué pasó al final?. Tuve a mi niño sanísimo, ni desproporcionado ni leches, la matrona le miraba todo lo que yo le iba diciendo: mírele las piernas, ¿las tiene muy cortas?, ¿cómo son los brazos?, ¿tiene los cinco deditos?, ¿la cara es normal o podría ser síndrome de down?. El niño era precioso. Precioso de verdad.
Cuando me subieron a planta, estaba pletórica de alegría, me dediqué durante los tres días del hospital a arrimármelo al pecho, le cogía de la manita, no tenía miedo,( sólo en un leve momento sentí un escalofrío de duda, pero se disipó rápidamente), no permití que nadie se quedara conmigo acompañándome porque me sentía muy fuerte.
No os digo que cada cosa nueva no me preocupase: Cuando me den el alta… tendré que cocinar y todo, y aquí me lo dan todo hecho… ¿podré hacerlo?. Cuando mi marido se incorpore al trabajo me quedaré sola para todo… ¿podré?. Cuando me incorpore al trabajo… ¿cómo me las apañaré?.
Pero cuando vi, que ante cada paso, no me escuchaba sino que decía: vas a poder, vas a poder, ¡Pude!. Iba superando metas.
Y mi autoestima iba creciendo.
Chicas, no quiero que saquéis conclusiones erróneas de ésto. A cada una la movida le va de diferente manera. Lo único que sí os aconsejo es que habléis de ésto con vuestros psicólogos o psiquiatras (aunque ellos tampoco os puedan aconsejar si debéis o no quedaros embarazadas), para que sepáis si debéis dejar de tomar los medicamentos antes de intentar el embarazo (puede que incluso algunos meses antes), o para saber si podéis tomar algo ya embarazadas.
También os recomiendo que valoréis en qué circunstancias estáis: no sólo cuentan las ganas, también tenéis que estar algo más relajadas, sin muchas crisis a la vista, en cuyo caso, quizás lo mejor sería posponer el embarazo un poquito más.
Vale la pena disfrutarlo a tope.
Un abrazo. Aquí me tienes, Claudi, para cuando quieras.