Mi experiencia con la ansiedad

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    David Pinazo
    Superadministrador

    Llevo unos días mirando el foro, y hoy me decido a contar mi historia… por si a alguien le ayuda, o por si hubiera algún consejo para mi, que nunca están demás :D

    Aviso que seguramente será una lectura larga jeje

    Hace poco más de un año, estando en el trabajo, tuve mi primera crisis de ansiedad. En realidad tuve episodios cortos, separados en el tiempo, que a día de hoy considero como ansiedad antes de esa fecha, como un día que empezó a darme mucho calor y agobio estando en el cine y tuve que salir a enjuagarme la nuca, u otras veces que tenía como bajadas de tensión, sobretodo en el trabajo.. pero hace un año me dio un mareo, y desde ese día las taquicardias no había día que no aparecieran. Tardé menos de un mes en darme cuenta de que no podía trabajar en ese estado, así que decidí dejarlo y tomarme un tiempo para mi. Obviamente, pensaba que sería cosa de un par de meses y que se me pasaría, sobretodo porque creía que ese trabajo era el causante de mi malestar.

    Estuve varios meses con muchas crisis de ansiedad, en las que acababa en el hospital, para que simplemente me dieran un relajante muscular y ya estaba de vuelta en casa. Me hacía pruebas pero todo estaba correcto, aparentemente, en mi cuerpo. Pero yo, cada vez que empezaba a ponerme nerviosa y llegaban los sudores, temblores, huelcos al corazón y respiración agitada, creía que me iba a morir. Empecé a pensar en cosas que nunca antes se me habían pasado por la cabeza, dudas propias de filósofos antiguos jaja «¿por qué estamos aquí?» «¿tengo yo un propósito?» «¿se reduce mi vida a trabajar para subsistir y nada más?»… hasta que un día, los pensamientos se volvieron más negros, llegando a plantearme si no sería mejor acabar con todo lo que se había convertido mi vida… yo, de ser una de las personas más positivas, a pensar en la muerte como un dulce final para dejar de soportar el hecho de que el rosa que me rodeaba ahora fuera gris. No llegué a hacer nada perjudicial, todo sea dicho, pero el simple hecho de pensar en ello, me atemorizó aún más, y fue cuando me decidí a buscar ayuda profesional.

    Tenía claro que lo que yo buscaba era hablar, y no medicarme, pero para poder acceder a un psicólogo, mi seguro me obligaba a hablar antes con un psiquiatra. Seguí los pasos, y éste me recetó unos antidepresivos. En lo que a mi respecta, que yo se que a otras personas les van bien, fue el mes más horrible de mi vida. Las crisis se multiplicaban, los pensamientos negativos brotaban cuales setas… El médico me dijo que era normal al principio, hasta que mi cuerpo aceptara la medicación, y yo lo intenté, pero pasó el tiempo y yo no me sentía mejor. Así que optaron por cambiarme la medicación hasta encontrar la adecuada… otro mes sufriendo el doble de si no tomara nada, y, fallo mio, las dejé de un día para otro sin consultar a nadie. Otra semana horrible, pero después me sentí como al principio.. que no es que fuera mejor, pero me aferraba a los relajantes musculares en crisis importantes e iba tirando. Así que me dejaron ir a ver a una psicóloga. Y realmente hablar del tema, que me aconsejara sobre diferentes métodos y me escuchara, hizo más para mi que cualquier pastilla del mercado. Admito que muchas veces no fui constante con las pautas que me iba dando, y creo que por eso se alargó más de lo esperado mi recuperación (porque en comparación a hace un año, yo se que estoy mejor… no al 100%, pero mejor).

    Antes no era capaz de salir a la calle.. tomé mi casa como un refugio, el único lugar seguro. Dejé de lado amistades por miedo a que conocieran esta oscura parte de mi vida. El simple hecho de hacer la compra o pasear el perro, para mi era algo inalcanzable, y tratar de proponerme hacer esas cosas, solo pensar en ello, me producía muchos miedos. Mediante los consejos de mi terapeuta, le di la vuelta a mi forma de ver las cosas… salir ya no era una obligación aterradora, si no un pequeño paso a un logro más grande, y aprendí a no culpabilizarme si un día, por lo que fuere, no conseguía salir o hacer algo que me había propuesto.

    Ahora no me da miedo hablar de lo que me pasa con personas de confianza.. si bien sigue sin apetecerme mucho salir con mis amistades, y con algunos ha pasado mucho tiempo como para recuperar el contacto, o así es como lo veo. No los culpo, ellos no saben lo que es esto porque no me abrí en su momento.. ellos supongo que lo interpretan como que los fui dejando de lado.

    Sigo haciéndome preguntas existenciales, sigo preguntándome si algún día volveré a ser yo al completo, si podré dejar de llevar las pastillas en el bolso (que no tomo desde hace meses) como panacea para estar tranquila. Me aterra ver que hay personas pasando por esto desde hace décadas, y que no se curan nunca del todo o tienen recaídas. Pero al mismo tiempo, me alivio pensando que, como mínimo, si esto le pasa algún día a alguien de mi entorno, podré ayudarle con todo lo que esté en mi mano, y comprenderle, que es lo que más nos hace falta a los que pasamos por esto.

    Hace unas semanas volví a trabajar.. solo son dos días a la semana, pero almenos vuelvo a sentirme útil y es una manera de enfrentarme a otro miedo que tenía: si podría volver a hacer vida de persona normal para ganarme mi sustento. Estoy buscando un empleo a tiempo completo, ahora que veo que no pasa nada por ir a trabajar.

    Lo único que me pesa no haber recuperado aún, es el apetito sexual. Mi pareja se resiente mucho con todo esto, y aunque trato de no sentirme culpable y pensar que es una mala racha, como veo que no pasa y hay muy pocos días que en ese aspecto las cosas vayan rodadas con normalidad, es imposible no ver que esta enfermedad no sólo me afecta a mi, si no a quien quiero. Y por mucho que, tanto yo como la psicologa, le hayamos explicado que mi falta de apetito no tiene que ver con él, sigue sin entenderlo y le duele. Y obviamente, me duele a mi. Hay noches que me siento incapaz de dormir con él y me quedo en el sofá, así que el «distanciamento» va un paso más allá de lo puramente físico. Y al día siguiente me siento fatal por no haberlo siquiera intentado… Si hay alguno consejo sobretodo en este aspecto, estaría muy agradecida, porque yo he tenido que interrumpir la terapia (mi seguro médico me dio de baja sin previo aviso ¬¬), y no habíamos profundizado en este tema.

    Yo había perdido las ganas por muchas cosas de la vida, me había adentrado en un mundo de apatía, viendo como pasaban las horas y deprimiendome por no aprovechar los días. Ahora siento que he recuperado algunas cosas, pero esto aún no y no veo que vaya mejorando con el paso del tiempo como ha sucedido con otras cosas. No se qué debo hacer, pero quiero a mi pareja y él me quiere a mi. Y hacer las cosas a desgana me hace sentirme mal y culpable, pero no hacerlas le hacer sentir mal a él, y por ende a mi… Así que es un círculo del que parece imposible salir.

    Pero bueno, la moraleja es que las cosas van a mejor, no todas pero la mayoría.

    Gracias por leer :D

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