Nos aferramos continuamente a identificaciones falsas
que nos causan miedo y dolor.
Luchamos continuamente por no morir,
cuando ya estamos muertos,
sin saberlo.
Es triste tener que sufrir por intentar ser alguien
cuando ya somos todo
y al mismo tiempo, nada.
Porque la dualidad no existe,
de ahí la paradoja.
Yo no puedo enseñarte nada,
vivo mi realidad, que es distinta a la tuya.
Todos vivimos las propias realidades relativas,
la verdad absoluta es Una.
Lo que yo puedo darte
te lo puede dar cualquiera,
es nada y todo.
Es solo un espejo,
tu fantasía, tu sueño.
Te pienso y me gustaría gritarte:
¿Pero es que no te das cuenta? ¿No lo sientes?
¿No ves la inmensa belleza que te rodea?
¿No eres consciente del milagro de estar vivo?
¿No tocas la lluvia que te moja? ¿Y el sol que te quema?
¿No hueles el aroma de las rosas?
¿Y el amor en el aire?
¿Y la música que te hace llorar y reír?
¿No es eso suficiente?
Fluir es no ser, no esperar, no pedir nada,
es simplemente disfrutar del camino hacia la cima,
de este regalo que hemos recibido
por poder estar aquí.
Y tú: ¿vives o sobrevives?
Fragmentos del libro ¡ Despierta !