Si intento ponerme en el lugar de los padres de Mari Luz, me desespero y no puedo pensar en ello porque no lo soporto.

Ellos, los monstruos asesinos tienen el aspecto de persona, pero por dentro están vacios, no tienen ni alma, ni corazón, ni entrañas, ni sentimientos, son solo pura carcasa con aspecto humano.

Da miedo y escalofríos pensar que estos monstruos se paseen por la calle, sin diferenciarse del resto de la buena gente, actuando en su vida diaria como cualquiera de nosotros.

No me consuela que la sociedad los repudie, los condene, ni siquiera me consuela pensar que algún día estarán entre rejas. Ningún castigo, por duro que sea, jamás compensará a los padres y familiares de Mari Luz.

Solo la muerte podrá destruir el corazón que permite vivir a los que no tienen alma, la eternidad, si existe, jamás podrán disfrutarla porque solo el alma trasciende más alla de la muerte.

-«Yo me fui contigo, y en ti hijo mío, yo sigo viviendo».

-«Es imposible que desaparezca lo imperecedero.
Jamás se podrá destruir lo que es etéreo».

Hola Marita, me alegro muchísimo de tu mejoría y espero que sigas visitando el foro. Un beso muy fuerte!