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Podría empezar diciendo que es muy fácil hablar de un tema cuando no se conoce. O mejor aún que sólo se podría de hablar de un tema cuando se conozca, pero en realidad considero que es injusto. Es como cuando alguien habla de las relaciones de padres e hijos pero no tiene hijos y siempre se le dice:
«qué sabrás tú del tema si tú no tienes hijos…»
Por supuesto todo el mundo tiene derecho a opinar, pero está claro que la opinión difiere dependiendo del lado en el que se esté: no es lo mismo la opinión del “torero” que está en medio del ruedo lidiando con el toro o del “espectador” que ve los “toros” detrás de la “barrera”.
Podemos caer en el debate/comentario tan típico y manido de si suicidiarse es de valientes o es de cobardes. ¡Cada uno tendrá su teoría y su opinión…! Una vez leí que el suicidio es la “reacción” a un problema que no puedes solucionar o más exactamente un problema frente al cual en ese momento no tienes los recursos suficientes para hacerle frente, para poder solucionarlo.
Cada persona es un muno, ergo cada suicida es un mundo. Cada suicida tiene sus propios motivos y razones para suicidarse. Y sí, quizás los demás no los entiendan pero hay que intentar empatizar, intentar ponerse en la mente o situación del suicida. Creo sinceramente que el suicidio es un DERECHO, una OPCIÓN. Cada uno tiene derecho a encauzar su vida como quiere.
Habrá gente que considere que el suicida es un egoista, que no piensa el daño que hace a los demás, a los que se quedan “detrás”: familia, amigos… ¿Por qué no le damos la vuelta a la “tortilla”? ¿Alguien ha pensado alguna vez que quizás los egoistas sean precisamente esa familia y amigos que “obligan” al suicida a seguir viviendo y para colmo a seguir viviendo una vida con la que no es feliz, una vida que no quiere vivir? ¿Quién es el egoista? Quizás hay que pensar que cuando alguien se suicida está donde quería estar y ha hecho lo que realmente quería hacer.
En mi caso tengo una mente más que formada, un nivel cultural medio-alto (paso de la cuarentena). Desde adolescente me he sentido un “bicho raro”, sentía que no encajaba en este mundo (y lo sigo pensando). Reconozco que he pensado en el suicidio como una posibilidad pero reconozco también que no me atrevía a hacerlo, no me atreví a llevarlo a cabo por respeto a los que quedaban “detrás”. Se que algunos miembos de mi familia no serían capaces de soportarlo, no lo entenderían y lo pasarían mal. En cambio a mucha gente de mi entorno, amigos y por desgracia familia le daría igual que yo “esté” o “me vaya”. Paso ya de la cuarentena y por desgracia esa parte de mi familia que sé que sufriría si yo me intentara suicidar ya no está.
Yo siempre digo que vivo por “inercia” o mejor dicho que sigo viviendo por “inercia”. Me dejo llevar. He tenido diferentes reveses económicos y personales, falta de trabajo, falta de recursos económicos y he tocado “límite” muchas veces, así que motivos para no seguir viviendo he tenido (y tengo) muchos. He acudido a Profesionales durante diferentes etapas de mi vida: tanto Psicólogos como Psiquiatras. Sinceramente no me han servido de nada. No quiero ser un “Yonqui”, vivir a base de Pastillas que anulen mi personalidad y que sea un “zombie” como he visto a gente de mi entorno.
No soy feliz y sé que por desgracia nunca soy a ser feliz, aunque tenga trabajo, aunque tenga dinero, aunque no tenga problemas económicos. Para mí vivir no tiene ningún aliciente. Es más, me cuesta, me supone un esfuerzo el seguir viviendo cada día. No le encuentro sentido a la vida. No le encuentro sentido a que todos los días sean iguales: madrugar, trabajar, hacer siempre lo mismo… Todos los días son como “Fotocopias” y por desgracia “Fotocopias en Blanco y Negro”, o mejor dicho “GRISES”. Sí, sé que puedo poner de mi parte y hacer cosas diferentes (y os aseguro que a veces lo hago) y sé que puedo intentar que esas “Fotocopias GRISES” pasen a ser “Fotocopias en COLOR” y tengan cada día diferentes Tonalidades.. Lo he intentado pero tampoco funciona, tampoco me reconforta, tampoco me supone ningún aliciente.
Así que dejemos de ser hipócritas… ¿qué sentido tiene que alguien como yo siga viviendo en contra de mi voluntad si no soy feliz?, ¿debo seguir viviendo porque el resto de sociedad me lo pida?, ¿debo seguir viviendo porque nadie entienda ni respete mi derecho a vivir o a no seguir viviendo…?
Quizás hay que ponerse en la piel o “caminar con los zapatos” de un suicida, o de alguien que tiene pensamientos suicidas. Ponerse en su lugar y darse cuenta de lo que supone para esa persona seguir viviendo, darse cuenta del suplicio que cada nuevo día supone en su vida. Y dejemos de juzgar si esas personas son cobardes o valientes: simplemente ¡pongámonos en su lugar!
A menudo las personas con tendencia al suicidio, son, somos, estupendos “actores”. Muchos días ni nos apetece levantarnos de la cama. Seríamos felices durmiendo todo el día y por duro que suene seríamos mucho más felices si un día NO DESPERTAMOS. Ese sufrimiento es el que tenemos “de puertas para adentro”. Luego, en el trabajo, con amigos, compañeros, familia nos toca “actuar”. Aparentar que todo es normal y que somos “felices” aunque por dentro estemos hechos polvo… Vamos a trabajar, salimos con amigos y familias a cenar, a tomarnos un café, a tomarnos unas cañas pero lo hacemos por “obligación”, para no dar que hablar y para aparentar una “normalidad” que para nosotros no es tal. Por eso mucha gente no entiende conceptos como la “depresión”…. A menudo tienes que oír comentarios como:
«buah… fulanito se da por baja de depresión, anda que no le echa cuento ni nada… si se le ve bien, está normal, está igual que tú y que yo…»
Sí, estamos bien porque tenemos que hacer de tripas corazon y aparentar y vivir en una falsa normalidad y felicidad, nos toca vivir una farsa y aparentar un papel que no nos aparece aparentar para nada y que para colmo nos acaba pasando más factura si cabe…
Habrá gente que no entienda conceptos como la depresión, el suicidio y mucho menos llegue a entender el derecho al suicidio.
Pero desde luego en mi caso, pese a no haberme planteado esa posibilidad realmente sí que creo que igual que a la eutanasia todos tenemos derecho al suicidio. Al fin y al cabo también somos enfermos y muchos llevamos años y años sufriendo esa enfermedad (algunos prácticamente la llevamos padeciendo dede que nacimos y/o tuvimos uso de razón…)
Un saludo.
[:ca]Podría empezar diciendo que es muy fácil hablar de un tema cuando no se conoce. O mejor aún que sólo se podría de hablar de un tema cuando se conozca, pero en realidad considero que es injusto. Es como cuando alguien habla de las relaciones de padres e hijos pero no tiene hijos y siempre se le dice:
«qué sabrás tú del tema si tú no tienes hijos…»
Por supuesto todo el mundo tiene derecho a opinar, pero está claro que la opinión difiere dependiendo del lado en el que se esté: no es lo mismo la opinión del “torero” que está en medio del ruedo lidiando con el toro o del “espectador” que ve los “toros” detrás de la “barrera”.
Podemos caer en el debate/comentario tan típico y manido de si suicidiarse es de valientes o es de cobardes. ¡Cada uno tendrá su teoría y su opinión…! Una vez leí que el suicidio es la “reacción” a un problema que no puedes solucionar o más exactamente un problema frente al cual en ese momento no tienes los recursos suficientes para hacerle frente, para poder solucionarlo.
Cada persona es un muno, ergo cada suicida es un mundo. Cada suicida tiene sus propios motivos y razones para suicidarse. Y sí, quizás los demás no los entiendan pero hay que intentar empatizar, intentar ponerse en la mente o situación del suicida. Creo sinceramente que el suicidio es un DERECHO, una OPCIÓN. Cada uno tiene derecho a encauzar su vida como quiere.
Habrá gente que considere que el suicida es un egoista, que no piensa el daño que hace a los demás, a los que se quedan “detrás”: familia, amigos… ¿Por qué no le damos la vuelta a la “tortilla”? ¿Alguien ha pensado alguna vez que quizás los egoistas sean precisamente esa familia y amigos que “obligan” al suicida a seguir viviendo y para colmo a seguir viviendo una vida con la que no es feliz, una vida que no quiere vivir? ¿Quién es el egoista? Quizás hay que pensar que cuando alguien se suicida está donde quería estar y ha hecho lo que realmente quería hacer.
En mi caso tengo una mente más que formada, un nivel cultural medio-alto (paso de la cuarentena). Desde adolescente me he sentido un “bicho raro”, sentía que no encajaba en este mundo (y lo sigo pensando). Reconozco que he pensado en el suicidio como una posibilidad pero reconozco también que no me atrevía a hacerlo, no me atreví a llevarlo a cabo por respeto a los que quedaban “detrás”. Se que algunos miembos de mi familia no serían capaces de soportarlo, no lo entenderían y lo pasarían mal. En cambio a mucha gente de mi entorno, amigos y por desgracia familia le daría igual que yo “esté” o “me vaya”. Paso ya de la cuarentena y por desgracia esa parte de mi familia que sé que sufriría si yo me intentara suicidar ya no está.
Yo siempre digo que vivo por “inercia” o mejor dicho que sigo viviendo por “inercia”. Me dejo llevar. He tenido diferentes reveses económicos y personales, falta de trabajo, falta de recursos económicos y he tocado “límite” muchas veces, así que motivos para no seguir viviendo he tenido (y tengo) muchos. He acudido a Profesionales durante diferentes etapas de mi vida: tanto Psicólogos como Psiquiatras. Sinceramente no me han servido de nada. No quiero ser un “Yonqui”, vivir a base de Pastillas que anulen mi personalidad y que sea un “zombie” como he visto a gente de mi entorno.
No soy feliz y sé que por desgracia nunca soy a ser feliz, aunque tenga trabajo, aunque tenga dinero, aunque no tenga problemas económicos. Para mí vivir no tiene ningún aliciente. Es más, me cuesta, me supone un esfuerzo el seguir viviendo cada día. No le encuentro sentido a la vida. No le encuentro sentido a que todos los días sean iguales: madrugar, trabajar, hacer siempre lo mismo… Todos los días son como “Fotocopias” y por desgracia “Fotocopias en Blanco y Negro”, o mejor dicho “GRISES”. Sí, sé que puedo poner de mi parte y hacer cosas diferentes (y os aseguro que a veces lo hago) y sé que puedo intentar que esas “Fotocopias GRISES” pasen a ser “Fotocopias en COLOR” y tengan cada día diferentes Tonalidades.. Lo he intentado pero tampoco funciona, tampoco me reconforta, tampoco me supone ningún aliciente.
Así que dejemos de ser hipócritas… ¿qué sentido tiene que alguien como yo siga viviendo en contra de mi voluntad si no soy feliz?, ¿debo seguir viviendo porque el resto de sociedad me lo pida?, ¿debo seguir viviendo porque nadie entienda ni respete mi derecho a vivir o a no seguir viviendo…?
Quizás hay que ponerse en la piel o “caminar con los zapatos” de un suicida, o de alguien que tiene pensamientos suicidas. Ponerse en su lugar y darse cuenta de lo que supone para esa persona seguir viviendo, darse cuenta del suplicio que cada nuevo día supone en su vida. Y dejemos de juzgar si esas personas son cobardes o valientes: simplemente ¡pongámonos en su lugar!
A menudo las personas con tendencia al suicidio, son, somos, estupendos “actores”. Muchos días ni nos apetece levantarnos de la cama. Seríamos felices durmiendo todo el día y por duro que suene seríamos mucho más felices si un día NO DESPERTAMOS. Ese sufrimiento es el que tenemos “de puertas para adentro”. Luego, en el trabajo, con amigos, compañeros, familia nos toca “actuar”. Aparentar que todo es normal y que somos “felices” aunque por dentro estemos hechos polvo… Vamos a trabajar, salimos con amigos y familias a cenar, a tomarnos un café, a tomarnos unas cañas pero lo hacemos por “obligación”, para no dar que hablar y para aparentar una “normalidad” que para nosotros no es tal. Por eso mucha gente no entiende conceptos como la “depresión”…. A menudo tienes que oír comentarios como:
«buah… fulanito se da por baja de depresión, anda que no le echa cuento ni nada… si se le ve bien, está normal, está igual que tú y que yo…»
Sí, estamos bien porque tenemos que hacer de tripas corazon y aparentar y vivir en una falsa normalidad y felicidad, nos toca vivir una farsa y aparentar un papel que no nos aparece aparentar para nada y que para colmo nos acaba pasando más factura si cabe…
Habrá gente que no entienda conceptos como la depresión, el suicidio y mucho menos llegue a entender el derecho al suicidio.
Pero desde luego en mi caso, pese a no haberme planteado esa posibilidad realmente sí que creo que igual que a la eutanasia todos tenemos derecho al suicidio. Al fin y al cabo también somos enfermos y muchos llevamos años y años sufriendo esa enfermedad (algunos prácticamente la llevamos padeciendo dede que nacimos y/o tuvimos uso de razón…)
Un saludo.[:]
MaríaVisitantQuería darle las gracias a la persona que comparte este pensamiento. Vivo también sin sentirme parte de este Mundo, haciendo tripas corazón cada mañana…
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