En el estado de conocimientos actual, las técnicas cognitivo-conductuales y farmacológicas, aplicadas por equipos especializados, han demostrado su eficacia en el tratamiento de los trastornos de ansiedad.
El objetivo principal de las técnicas cognitivo-conductuales es que el individuo sea capaz de enfrentarse a las situaciones que le producen ansiedad aplicando diferentes estrategias de afrontamiento.
La finalidad de las intervenciones psicológicas es optimizar los recursos del individuo y ayudarle a desarrollar herramientas y conocimientos que le permitan enfrentarse a sus problemas sin necesidad de mantener un tratamiento continuado durante toda la vida. En algunos casos, no obstante, es posible que se necesite tratamiento en algunos momentos de la vida.