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Buscar ayuda

Ansiedad: Cuándo consultar?

La ansiedad es un mecanismo de defensa normal y adaptativo, que mejora nuestro rendimiento y las posibilidades de éxito frente a diferentes circunstancias.

El problema se presenta cuando la ansiedad no aparece circunscrita a determinadas situaciones,  no dura un tiempo limitado, o su intensidad es excesiva. En estos casos, se convierte en algo disfuncional y que compromete la salud física y psicológica. Llegados a este punto, es conveniente, y muchas veces imprescindible, consultar con un especialista que pueda valorar y, si es necesario, tratar el problema.

He aquí algunas condiciones y circunstancias que aconsejan consultar:

  • Cuando la frecuencia de aparición de la ansiedad problemática es cada vez más elevada.
  • Cuando la intensidad con la que aparecen los síntomas de ansiedad supone un problema para el bienestar personal.
  • Cuando la duración de los episodios es cada vez más prolongada.
  • Cuando la afectación o interferencia en otras áreas de la vida es cada vez mayor. En ocasiones, el problema de ansiedad empieza en una situación determinada y se va extendiendo a otros ámbitos como si fuera una mancha de tinta. Imaginemos el caso de una persona que desarrolla miedo a viajar en los transportes públicos y empieza a evitar viajar en ellos. Dicha evitación supone una restricción importante de su movilidad y de su independencia. Puede que deje de hacer cosas que antes solía,  e incluso  se vea incapaz de acudir a su trabajo.
  • Cuando una persona significativa o un especialista (médico, farmacéutico, asistente social…) , conocedores del caso, lo aconsejan.
  • Cuando las soluciones intentadas han resultado fallidas. Muchas personas antes de acudir a un tratamiento especializado para los problemas de ansiedad, han intentado afrontar, de forma espontánea, el problema por su cuenta. Podemos agrupar dichos intentos en tres categorías:
    • Intentos útiles: son aquellos que han facilitado la contención o desaparición del problema. Suponen una solución total o parcial del mismo.
    • Intentos inútiles: son aquellos que han supuesto un esfuerzo a diferentes niveles, esfuerzos que no ha repercutido en una mejora del problema.
    • Intentos contraproducentes: son aquellos que, lejos de suponer una solución al problema, contribuyen a su mantenimiento y perpetuación. Cuanto más esfuerzos hacemos, más enfermamos.

Si llegamos a la conclusión de que el problema de ansiedad merece consideración, el primer  paso puede ser acudir al médico de cabecera. Así obtendremos una valoración inicial del caso donde se contemple la conveniencia de ponerse en manos de especialistas.

Fuente: Clínica de la Ansiedad. Psicólogos y psiquiatras. Madrid y Barcelona.

Video: Tratamiento de la ansiedad. Dr. Carlos Baeza Villarroel. Psicólogo

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Preguntas más frecuentes

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad son muy variadas y pueden clasificarse en diferentes grupos:

Físicos: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, «nudo» en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad. Si la activación neurofisiológica es muy alta pueden aparecer alteraciones del sueño, la alimentación y la respuesta sexual.

Psicológicos: Inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos más extremos, temor a la muerte, a la locura, o al suicidio.

De conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación, etc.

Intelectuales o cognitivos: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.

Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc.

No todas las personas tienen los mismos síntomas, ni éstos la misma intensidad en todos los casos. Cada persona, según su predisposición biológica y/ o psicológica, se muestra más vulnerable o susceptible a unos u otros síntomas.

Realizar una terapia psicológica te ayudará a superar tu problema de ansiedad de una manera más rápida y eficaz.

Contáctanos y te informamos:

Clínica de la Ansiedad en Barcelona: 93 226 14 12607 507 097.

Clínica de la Ansiedad en Madrid: 91 829 93 92607 507 097.

Correo electrónico: info@clinicadeansiedad.com

Clínica de la Ansiedad. Especialistas en el tratamiento de la ansiedad.

Video ilustrativo: Fisiología de la ansiedad y el estrés

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  1. ¿Tengo ansiedad?
  2. Ansiedad: el por qué de los síntomas
  3. Causas de la ansiedad: origen y mantenimiento
  4. Cuándo buscar ayuda
  5. Prevención de la ansiedad
Fuente: Clínica de la Ansiedad. Especialistas en el tratamiento de la ansiedad. Madrid y Barcelona.  Consultas presenciales y por videoconferencia .
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Preguntas más frecuentes

¿Qué es la ansiedad y por qué se produce?

La ansiedad es básicamente un mecanismo defensivo. Es un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes. Es un mecanismo universal, se da en todas las personas, es normal, adaptativo, mejora el rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta. La función de la ansiedad es movilizar al organismo, mantenerlo alerta y dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas, de forma que no se produzcan o se minimicen sus consecuencias. La ansiedad, pues, nos empuja a tomar las medidas convenientes (huir, atacar, neutralizar, afrontar, adaptarse, etc.), según el caso y la naturaleza del riesgo o del peligro. El peligro viene dado por la obstaculización de cualquier proyecto o deseo importante para nosotros, o bien por la degradación de estatus o logros ya conseguidos. El ser humano desea lo que no tiene, y quiere conservar lo que tiene.

La ansiedad pues, como mecanismo adaptativo, es buena, funcional, normal y no representa ningún problema de salud.

Sin embargo, en algunos casos, este mecanismo funciona de forma alterada, es decir, produce problemas de salud y, en lugar de ayudarnos, nos incapacita. ¿Qué factores pueden influir en que un mecanismo normal, saludable y adaptativo deje de serlo?

Factores predisposicionales

  • Factores biológicos, algunos de ellos genéticos
  • Factores de personalidad. Patrones de afrontamiento del estrés. Estilo de vida
  • Factores ambientales. Aprendizaje. Contextos y apoyos sociales

Factores activadores o desencadenantes

  • Situaciones o acontecimientos que son vividos como desbordantes de nuestros recursos
  • Acontecimientos vitales de consecuencias graves o que exigen importantes esfuerzos adaptativos.
  • Obstáculos para conseguir logros o que limitan nuestra capacidad para alcanzarlos o mantenerlos
  • Consumo de estimulantes u otras drogas

Factores de mantenimiento, ligados a la gestión de la propia ansiedad

  • El “miedo al miedo”
  • La pérdida de condiciones o facultades, por la propia ansiedad, que dificultan el afrontamiento de los problemas
  • Soluciones intentadas que resultan contraproducentes
  • La problematización de áreas inicialmente no conflictivas, como consecuencia de la propia ansiedad
  • Afrontamiento insuficiente o erróneo de los problemas origen de la ansiedad.
  • El establecimiento de mecanismos fóbicos

Los problemas de ansiedad se producen, normalmente, por una combinación de alguno de estos factores durante un período de tiempo.

En el tratamiento psicológico se tratan estos factores para que la persona recupere su estado de salud y bienestar.

Realizar una terapia psicológica te ayudará a superar tu problema de ansiedad de una manera más rápida y eficaz.

Contáctanos y te informamos:

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Artículos relacionados

Fuente: Clínica de la Ansiedad. Especialistas en el tratamiento de la ansiedad. Madrid y Barcelona

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Para profesionales

Ansiedad: Guías de Tratamiento

Guías de actuación propuestas por Comités Internacionales de Expertos en diferentes problemas médicos y psicológicos. Se trata de recomendaciones dirigidas a profesionales y especialistas. En inglés.

GUÍAS NICE

Para Trastorno de Ansiedad Generalizada 

Para Trastorno de Angustia (Pánico).

Para Trastorno Obsesivo-Compulsivo

Para Trastorno por Estrés Postraumático

Para Trastorno Depresivo en Adultos

GUÍAS APA  

-Para Trastorno Obsesivo-Compulsivo

-Para  Trastorno de Pánico

-Para Trastorno por Estrés Postraumático

-Para Trastorno Depresivo Mayor

-Para Evaluación Psiquiátrica de Adultos

GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA PARA EL MANEJO DE PACIENTES CON TARSTORNOS DE ANSIEDAD EN ATENCIÓN PRIMARIA. Ministerio de Sanidad y Consumo (España).

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Fuente: Clínica de la Ansiedad.

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Libros de la Clínica de la Ansiedad

Higiene y prevención de la Ansiedad

Referencia

Título: HIGIENE Y PREVENCIÓN DE LA ANSIEDAD
Autores: J.C. Baeza; G. Balaguer; I. Belchi; M. Coronas; N. Guillamón.
Prologado por Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés.
Páginas: 187.
Editorial: Ediciones Díaz de Santos. Madrid, 2008.
ISBN: 978-84-7978-850-6

Contenido:

0.- Introducción.

1.- Conceptos: ¿De qué hablamos?.

1.1.- ¿Qué es esto?  La ansiedad un mecanismo ¿adaptativo? de defensa…
1.2.- ¿Cómo es eso?  La ansiedad: un modelo explicativo…
1.3.- ¿Qué me está pasando? La ansiedad: el por qué de los síntomas…
1.4.- ¿Por qué a mí?  La ansiedad: biología, aprendizaje, personalidad, circunstancias y recursos.
1.4.1.- Factores biológicos.
1.4.2.- Personalidad.
1.4.3.- Aprendizaje.
1.4.4.- Circunstancias y recursos.
1.5.- Algunos compañeros de viaje: Depresión, estrés.
1.5.1.- Ansiedad y depresión
1.2.2.- Ansiedad y estrés

2.- Procedimientos: ¿Qué hacer al respecto?.

2.1.- Hábitos y procedimientos para regular la ansiedad y prevenir sus alteraciones.
2.1.1.- Pensamiento y Ansiedad.
2.1.2.- Ansiedad, autoestima, asertividad y disposición de apoyos sociales.
2.1.3.- Gestión del tiempo y resolución de problemas.
2.1.4.- Ansiedad y respiración.
2.1.5.- Exponerse a los miedos para superarlos.
2.1.6.- Ejercicio físico y ansiedad.
2.1.7.- Alimentación y ansiedad.
2.1.8.- Sueño y ansiedad.
2.1.9.- Consumo de drogas y ansiedad.
2.1.10.- Ansiedad y soluciones boomerang.
2.2.- Ansiedad y ámbito socio-familiar.
2.2.1.- Educando a los niños para prevenir la ansiedad.
2.2.2.- Cómo pueden ayudar los familiares.
2.3.- ¿Dónde acudir llegado el caso?. Tratamientos que funcionan.
2.3.1.- Cuándo consultar.
2.3.2.- Tratamientos psicológicos.
2.3.3.- Tratamientos farmacológicos.
2.3.4.- Tratamientos combinados.

3.- Epílogo Triste con final feliz: ¿ la ansiedad se cura?.

4.- Referencias bibliográficas.

Objetivos y destinatarios del libro

El objetivo del libro es doble: por un lado facilitar, de manera rigurosa y con un lenguaje asequible, el conocimiento y comprensión de la ansiedad, sus funciones, mecanismos, causas y factores implicados. Por otro, contribuir a divulgar, de forma práctica y sistemática, los hábitos y procedimientos que ayuden a prevenirla o mantenerla dentro de unos límites manejables y asumibles

Es un libro asequible a cualquier persona interesada en el tema de la ansiedad. Va especialmente dirigido a:

Personas que aún no han recibido tratamiento, pero han identificado sus problemas como relacionados probablemente con la ansiedad a través de diferentes medios: médicos de cabecera, artículos en revistas o periódicos de gran difusión, internet, etc.

Pacientes que ya han sido tratados, pero necesitan observar una serie de procedimientos que mantengan la mejora, y minimicen el riesgo de reincidencias.

Familiares, amigos o allegados de personas que sufren algún trastorno de ansiedad, quieren conocer mejor su problema y prestar algún tipo de apoyo o ayuda bien encaminada.

Profesionales de la educación que están en contacto regular con el segmento más joven de la población, a quienes pueden ayudar a identificar el problema u orientarlo.

Profesionales de la salud que desarrollan su trabajo en centros de atención primaria. Son ellos quienes frecuentemente detectan en primer lugar el problema y efectúan las primeras orientaciones.

Profesionales vinculados a los recursos humanos y a la prevención de riesgos en el trabajo.

Más información y pedidos.

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Tratamiento de la Ansiedad

Tratamiento de la agorafobia y las crisis de ansiedad

Introducción

La intervención terapéutica conjuga, normalmente, tratamientos específicos, en función del diagnóstico principal, con otros de carácter más general o contextual, en función de las características personales y circunstancias del paciente.

Normalmente, las primeras intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que originan y/o mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan acompañarla.

Habitualmente, los tratamientos incluyen aspectos relacionados con la recuperación de la salud, si se ha perdido, aspectos relacionados con la prevención, y aspectos relacionados con el desarrollo personal del paciente que de un modo u otro tienen que ver con lo que le pasa.

Normalmente, al inicio del tratamiento, se acude a consulta una vez por semana. Cuando el tratamiento está mínimamente encauzado, se espacian las visitas, efectuándose habitualmente a razón de una visita cada 15 días.

Tratamientos específicos del pánico y la agorafobia

Psicológicos

Hoy en día, según los estudios realizados, existen dos tipos de intervenciones particularmente eficaces:

  1. Terapia cognitivo-conductual
  2. Exposición en vivo y la autoexposición en vivo

La terapia cognitivo-conductual suele incluir:

  • Información al paciente sobre la naturaleza de la ansiedad en general y del pánico en particular: mecanismos básicos, funcionalidad y disfuncionalidad, explicación sobre los síntomas y su alcance, relaciones entre pensamiento, emoción y acción.
  • Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes, utilizados por el paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen, no a la solución, sino al mantenimiento del problema. Para más información sobre estos procedimientos puede consultarse el apartado Ir de mal en peor del menú de la izquierda.
  • Técnicas de respiración: la respiración controlada puede ser útil en los casos en que se de hiperventilación o que presentan dolor u opresión en el pecho al tender a respirar torácicamente.
  • Técnicas cognitivas: reestructuración de creencias distorsionadas e interpretaciones catastróficas, control pensamientos automáticos, regulación de expectativas que se auto-cumplen, etc.
  • Entrenamiento en aserción: facilite la expresión adecuada y la aceptación de las emociones.
  • Técnicas de inervación vagal: esta técnica junto con la respiración controlada y la relajación se ha mostrado útil en pacientes con trastorno de pánico.
  • Técnicas de relajación: se ha mostrado de utilidad conjuntamente con la Exposición en vivo.
  • Intención paradójica: consiste normalmente en la prescripción del síntoma, normalmente con la finalidad de desactivar algún mecanismo que lo sostiene. Parece eficaz pero no se ha mostrado si aumenta o no los efectos de la exposición.
  • Exposición interoceptiva: Exposición a sensaciones temidas para facilitar la habituación, el control de los síntomas y la pérdida del miedo al miedo. Es más aceptada por los pacientes con una alta ansiedad en la exposición. No se ha hallado que incrementara la eficacia de la autoexposición en vivo.
  • Desarrollo de habilidades y recursos de afrontamiento de fuentes de ansiedad y estrés que contribuyan al origen o mantenimiento de niveles elevados de ansiedad flotante o general lo que podría dificultar la superación de los miedos agorafóbicos.
  • Retroalimentación y reforzamiento social. La retroalimentación ofrecida por el terapeuta parece ser un factor muy importante en la exposición en vivo. Menos importante pero útil, es el reforzamiento dado por el terapeuta.
  • La colaboración del acompañante: este puede ofrecer ayuda, apoyo y aliento al cliente en la aplicación del programa de intervención a parte de desarrollar una mayor comprensión del problema e involucración.
  • Materiales de autoayuda como complemento de la terapia.

Varios estudios indican que la terapia cognitivo-conductual tiene una mejor relación coste-beneficio en comparación con la terapia farmacológica. Aún así, existen casos en que es conveniente la combinación en etapas iniciales de la terapia cognitivo-conductual y la farmacológica.

Exposición en vivo

La exposición en vivo implica que el paciente se exponga en la vida real y de un modo sistemático y progresivo a las situaciones que teme y evita.

Existen tres tipos de exposiciones:

  • Exposición prolongada: con la asistencia del terapeuta se afrontan las situaciones temidas de manera gradual, permaneciendo en las mismas hasta que la ansiedad se reduce significativamente.
  • Exposición autocontrolada más autoobservación: tras 2-5 sesiones con el terapeuta el paciente afronta las situaciones temidas sólo, con permiso de escape temporal en caso de ponerse excesivamente ansioso, siempre y cuando se registre el tiempo pasado fuera de la exposición y luego vuelva a ella.
  • Práctica programada: exposición prolongada y graduada pero con asistencia de un familiar o amigo que realizaría las pautas del terapeuta. Tanto el paciente como el acompañante llevan un manual de autoayuda.

Todas ellas comparten una serie de características comunes:

  • La justificación y presentación de la exposición como un programa sistemático y estructurado que requiere esfuerzo continuado y que implica tolerar cierta cantidad de ansiedad y malestar.
  • Reeducación sobre la naturaleza de la ansiedad: se trata de dar información sobre la ansiedad y el pánico para así reducir el miedo anticipatorio y el humor deprimido. Se le dice que algún grado de ansiedad es normal y aunque puede ser perturbadora, no es peligrosa, como tampoco lo son los ataques de pánico; y es improbable que ocurran las consecuencias catastróficas temidas.
  • Modificar pensamientos y creencias erróneos: mediante la discusión de los aspectos como los riesgos, la sobreestimación de probabilidades y otros errores cognitivos.
  • Especificar claramente los objetivos concretos a conseguir.
  • Las actividades durante la exposición deben hacerse sin prisas, ya que la precipitación es una estrategia defensiva (acabar rápido) e incrementa la activación.
  • Discusiones individuales o en grupo sobre las experiencias de la exposición.
  • Otros aspectos: también es importante practicar en días buenos y malos, el reconocimiento de los propios avances, la practica en solitario lo más pronto posible, la superación de las conductas defensivas, entre otras.

Terapia farmacológica

La medicación se utiliza normalmente en combinación y como apoyo del tratamiento psicológico, si bien en algunos casos dicha asociación está desaconsejada. Los medicamentos más utilizados son los ansiolíticos, particularmente las benzodiacepinas, y antidepresivos, comúnmente los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina (ISRS).

Según la mayoría de estudios, la medicación es tan eficaz como los tratamientos psicológicos a corto plazo, pero no a medio y largo plazo ya que existe un porcentaje de recaídas mucho mayor, además de crear dependencia si los fármacos utilizados son los ansiolíticos.

En el tratamiento de la agorafobia, los fármacos son aconsejables sólo cuando existan razones específicas que lo justifiquen. Un porcentaje muy alto de pacientes acuden a terapia psicológica tomando medicación, y según el caso, se deberá reducir o mantener la dosis hasta que el paciente aprenda recursos suficientes para manejar la ansiedad, y a partir de este punto, recomendarle que abandone progresivamente la medicación, siempre bajo supervisión del médico correspondiente.

Existe el peligro de que el paciente utilice la medicación como técnica defensiva, tomándosela sólo en las situaciones temidas. En estos casos se le debe aconsejar que deje de hacerlo ya que refuerza la conducta de evitación.

El tratamiento de problemas asociados

En algunos casos, las crisis de ansiedad y la agorafobia vienen acompañados de otros problemas que contribuyan a su mantenimiento y que se tendrá que tratar concurrentemente o posteriormente al problema de la agorafobia. Especialmente existen dos problemas que merece la pena mencionar:

  • Depresión: cuando el estado de ánimo deprimido viene por otros factores y no directamente de la agorafobia (problemas maritales, autoevaluación negativa, aislamiento social) deben ser consideradas por separado.
  • Abuso de alcohol y fármacos ansiolíticos: hacen realmente difícil o imposible el cambio en la conducta agorafóbica. Las personas que estén tomando altas dosis de estas substancias deberán someterse a un programa de retirada lenta antes del tratamiento de la agorafobia. Es conveniente reducir o eliminar el consumo de cafeína y otros estimulantes, ya que exacerban la ansiedad e interfieren n el tratamiento.

El tratamiento, en rigor, no lo es del pánico, la agorafobia, o los problemas asociados, sino de la persona que lo padece, en relación, naturalmente, con la demanda que efectúa.

Los tratamientos suelen desarrollarse individualmente, aunque en algunos en ocasiones, en función del caso y del momento, está indicado el tratamiento grupal, o la participación de algún acompañante. La duración de los tratamientos oscila normalmente entre seis meses y un año, si bien en algunos casos pueden ser más largos.

__________
Fuente: E. Massagué y J.C. Baeza (2007). Clínica de la Ansiedad. Psicólogos y psiquiatras. Tratamiento de la agorafobia y crisis de ansiedad en Madrid y Barcelona.

Algunas referencias bibliográficas sobre tratamientos del pánico y la Agorafobia:

Bados, A. (1995a). Agorafobia: Naturaleza, etiología y evaluación. Barcelona: Paidós.

Bados, A. (2000). Agorafobia y ataques de pánico. Madrid: Pirámide.

Botella, C. y Ballester, R. (1997). Trastorno de pánico: Evaluación y tratamiento. Barcelona: Martínez Roca.

Craske, M.G y Lewin, M.R. (1997). Trastorno por pánico. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos (Vol. 1, pp. 113-136). Madrid: Siglo XXI.

Echeburúa, E. y de Corral, P. (1992). La agorafobia. Nuevas perspectivas de evaluación y tratamiento. Valencia: Promolibro.

Marks,I.M.(1991a).Miedos, fobias y rituales: (1) Los mecanismos de la ansiedad.B arcelona: Martínez Roca.

Roca, E; Roca, B.(1999). Cómo tratar con éxito el pánico (con o sin agorafobia). Valencia. ACDE

Video: Informe sobre agorafobia y ataques de pánico

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Buscar ayuda

Cómo buscar ayuda

Si usted o alguna persona a quien usted conoce tiene síntomas de ansiedad, lo mejor que puede hacer inicialmente es ver al médico de familia o cabecera. Un médico puede ayudarle a determinar si los síntomas son debidos a un trastorno de ansiedad, a alguna otra condición médica o a ambos. El siguiente paso para recibir tratamiento en un trastorno de ansiedad es acudir a un profesional de salud mental.

Entre los especialistas que pueden ayudarle están los psicólogos y los psiquiatras. Es mejor buscar a un profesional que tenga entrenamiento especializado en terapia cognitivo-conductual o en terapia de comportamiento y que esté dispuesto a usar medicamentos en caso de que sean necesarios.

Habitualmente, los psicólogos trabajan en equipo con un psiquiatra u otro médico, quien receta los medicamentos cuando éstos se requieren. Para algunas personas la terapia de grupo o la de grupos de auto-ayuda son una parte útil del tratamiento. A muchas personas les es más útil una combinación de estas terapias.

Muchas personas padecen un sólo tipo de trastorno de ansiedad y nada más, pero no es raro que un trastorno de ansiedad venga acompañado de otros problemas como por ejemplo depresión, problemas alimenticios, alcoholismo, abuso de substancias químicas u otro trastorno de ansiedad. Frecuentemente quienes padecen de un trastorno de pánico o fobia social, por ejemplo, también experimentan la intensa tristeza y desaliento asociado con la depresión, o se hacen adictos al alcohol. En esos casos, estos problemas también necesitarán atenderse.

Cuando usted busque a un profesional de la salud es importante que pregunte qué tipos de terapia usa generalmente. Es importante que usted se sienta cómodo con la terapia. De no ser éste el caso, busque ayuda en otro lado. Si usted ha estado tomando medicamentos, es importante no cortar abruptamente el uso de algunos de ellos, sino irlos rebajando bajo la supervisión de su médico. Asegúrese de preguntar a su médico cómo dejar de tomar un medicamento.

Cuando usted encuentre a un profesional de la salud con el cual se siente satisfecho, ambos trabajarán en equipo. Entre los dos podrán desarrollar un plan para el tratamiento de su trastorno de ansiedad que pueda incluir medicamentos, terapia de comportamiento, o terapia cognitivo-conductual, según se considere apropiado. Sin embargo, los tratamientos para trastornos de ansiedad no necesariamente dan resultado inmediatamente. Su psicólogo o psiquiatra puede pedirle que siga un plan específico de tratamiento durante varias semanas para determinar si le está dando resultado.

(Esta información sobre Ayuda en los Trastornos de Ansiedad procede del National Institute of Mental Health)

¿Dónde encontrar un especialista? Si no tiene referencias sobre especialistas que puedan atenderle, puede dirigirse a la página web del colegio de psicólogos de su comunidad dónde, normalmente, hay un directorio que puede facilitarle la búsqueda. Así, por ejemplo

Video: Fobia social, crisis de pánico; agorafobia. 

Clínica de la Ansiedad: Psicólogos y psiquiatras especialistas en el tratamiento de la ansiedad. Madrid y Barcelona.

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Prevención de la Ansiedad

Hábitos de consumo y ansiedad

 

Tener hábitos de consumo saludable es aconsejable para cualquier persona. En el caso de las personas con trastorno de ansiedad, como en otras enfermedades, está especialmente indicado. Las consideraciones que se hacen en este texto son de carácter general, no reemplazan ni sustituyen el juicio de su especialista.

  • Alcohol y otros sedantes (opiáceos, cannabis y derivados): el etanol, principal compuesto activo de las bebidas alcohólicas, tiene un claro efecto sedante. Por ello, muchas personas con ansiedad usan éste y otros sedantes para disminuir su estado de activación. Esto les resulta efectivo a corto plazo. Sin embargo, si este comportamiento se repite demasiado a menudo, se exponen a los efectos indeseables del consumo continuado que en el caso del alcohol serían la, problemas cardiovasculares, déficits nutricionales, cirrosis, accidentes, agresividad, y otros. Además, la abstinencia del alcohol, como la de otras drogas sedantes, incluye la ansiedad entre sus síntomas.
  • Estimulantes: consumidos por hábito social, para mejorar el rendimiento, para reducir el cansancio, o para corregir la somnolencia provocada por el insomnio o el consumo excesivo de sustancias sedantes, provocan síntomas propios de la ansiedad. Incluso, tomados a dosis suficientemente altas, pueden provocar crisis de ansiedad. Son productos estimulantes, las anfetaminas, la cocaína, la marihuana, algunos medicamentos usados para adelgazar con alto poder adictivo, algunos substancias que se venden «para quemar grasas»,, algunas bebidas de las llamadas revitalizantes y el café que por su extendido uso merece mención explícita.
  • Consumo excesivo de sustancias con cafeína: se recomienda, sobre todo en personas con alta sensibilidad a la cafeína (que al ingerirla tienen temblores y palpitaciones, y ven afectado su sueño), no ingerir más de 100 mg diarios. La cafeína no sólo está incluida en el café, también en el chocolate, algunos tés , en las bebidas colas, y en algunos analgésicos, antigripales y anticongestivos. A modo orientativo, las proporciones de cafeína de algunos de estos productos serían: 146 mg en un café expreso, 110mg en un café filtrado cargado, 46 mg en un saquito de té, 4 mg en un café descafeinado, 65 mg en una cocacola y 43 mg en un pepsicola. La cafeína, utilizada por algunas personas para aumentar su sensación de rendimiento, eficacia o resistencia, tiene un alto poder adictivo, provoca síndrome de abstinencia si se deja de tomar bruscamente, y puede conllevar una serie de trastornos cardiovasculares y digestivos.
  • Tabaco: la nicotina es un estimulante potente que, más allá de los efectos nocivos sobre los sistemas cardiovascular y respiratorio, aumenta la probabilidad de que se produzca ansiedad e insomnio. Y esto es especialmente cierto en personas con mayor sensibilidad.
  • Juego excesivo o patológico: es otra manera de reducir momentáneamente la ansiedad, una vía de escape y evasión que se puede convertir en un problema más si no se controla a tiempo.
  • Adicción al trabajo: el trabajo proporciona recursos necesarios para vivir, pero en ocasiones, volcándose totalmente en él, se usa esta excusa para huir de la ansiedad y los problemas que se puedan tener fuera, en el hogar o en la familia por ejemplo. Nuevamente actuar así no soluciona el problema, simplemente lo elude y perpetúa.
  • Adicción a las compras: consiste básicamente en reducir la ansiedad mediante el consumo compulsivo de ropa u otros objetos. Si ocurre muy ocasionalmente y en pequeña medida, no conllevará demasiados problemas. De otro modo, la ansiedad crecerá a medida que crecen los problemas asociados a la conducta compulsiva: sensación de insatisfacción, falta de control, deudas, problemas con la ley, disgustos con las personas queridas…
  • «Atracones » o comer según el estado de ánimo: puntualmente puede ser tener un efecto reductor de la ansiedad. Pero si se instaura como la manera corriente de hacerla frente aparecerán múltiples efectos contraproducentes. En este sentido existe un trastorno de la alimentación, la sobreingesta compulsiva, que suele responder a estados emocionales displacenteros y suelen incluir alimentos nutricionalmente innecesarios y con alto contenido en calorías.
  • Patrón de conducta tipo A: caracterizado por una alta competitividad, urgencia temporal y hostilidad. Predispone a padecer enfermedades cardíacas, y genera elevados niveles de ansiedad y estrés

Para saber más

Grande Covián, F. (1992). Alimentación y nutrición. Barcelona. Salvat Ediciones Generales.

Grande Covián, F.(2000). La alimentación y la vida. Madrid. Editorial Debate.

Muñoz, M.; Aranceta, J.; García-Jalón, I. (1999) Navarra. Ediciones de la Universidad de Navarra.

Sandi, C.; Venero, C; Cordero, M.I. (1999). Estrés, memoria y trastornos asociados. Barcelona. Editorial Ariel.

Smith, T. (Ed.) (1993). Guía completa de la salud para toda la familia. Barcelona. Editorial Blume.

Solà, A. (1993). Estrés i qualitat de vida Barcelona. Editorial Columna

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Fuente: Texto: Miguel Luna.  Dibujo: Raúl Ariño/2010. Clínica de la Ansiedad.

Video ilustrativo: Prevención drogodependencias (UNED-RTVE2)

Otros videos relacionados

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Preguntas más frecuentes

¿La ansiedad puede tener consecuencias negativas para la salud?

Muchas personas cuando experimentan un nivel muy elevado de ansiedad o un ataque de pánico creen que van a tener un ataque al corazón o que van a morir. Eso no es así. El cuerpo, simplemente,  está en estado de alarma provocada ante la interpretación de una situación como amenazante o peligrosa. Las sensaciones que se experimentan en esos momentos pueden ser muy intensas y desagradables, pero son perfectamente asumibles para el organismo sin mayores riesgos.

Sin embargo, un estado de activación emocional elevada mantenido durante un período largo de tiempo puede aumentar la probabilidad de desarrollar problemas de salud, cansancio crónico, agotamiento, disminución de las defensas, trastornos psicofisiológicos, etc.

Videos ilustrativos

Miedo al miedo: La ansiedad y sus consecuencias

Estrés crónico: consecuencias sobre la salud

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Para profesionales

Programas de tratamiento paso a paso para los trastornos de ansiedad

-Antony, M.M., Craske, M.G. y Barlow, D.H. (2006). Mastering your fears and phobias: Therapist guide. Londres: Oxford University Press.

-Antony, M.M., Craske, M.G. y Barlow, D.H. (2006). Mastering your fears and phobias: Client workbook. Londres: Oxford University Pres.

-APA (2006). Guía Clínica para el tratamiento de los trastornos por estrés agudo y estrés postraumático. Barcelona: Ars Médica.

-Bourne, E. J. (1998). Overcoming Specific Phobia. Therapist protocol. Oakland: New Harbinger Publications.

-Bourne, E. J. (1998). Overcoming Specific Phobia. Client Manual. Oakland: New Harbinger Publications.

-Craske, M. G., Zinbarg, R. E., Barlow, D.H. (2006). Mastery of Your Anxiety and Worry. Therapist Guide. New York: Oxford University Press.

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Fuente: Clínica de la Ansiedad. Psicólogos especialistas en el tratamiento de la ansiedad. Madrid y Barcelona.