Los factores que pueden comprometer el buen resultado de los tratamientos son diversos. He aquí una relación de los más comunes:
- Diagnósticos incorrectos
- Tratamientos inadecuados o mal aplicados
- Respuesta insuficiente a los recursos terapéuticos
- Mala, o inadecuada, relación terapeuta-paciente
- Falta de adhesión al tratamiento y/o seguimiento adecuado de las prescripciones
- Creencias erróneas del paciente sobre la psicología, la psiquiatría o los profesionales
- Persistencia de estrategias, pensamientos o hábitos contraproducentes
- Resistencias al cambio
- Entorno o personas del entorno que favorecen que el problema se mantenga
- Abandono prematuro de los tratamientos
- Existencia de otros problemas que dificultan el desarrollo del tratamiento
Es muy importante identificar los factores que han podido influir en la falta de eficacia de los tratamientos para asegurar que los tratamientos futuros sean más efectivos.