La ansiedad es un mecanismo de defensa normal y adaptativo, que mejora nuestro rendimiento y las posibilidades de éxito frente a diferentes circunstancias.
El problema se presenta cuando la ansiedad no aparece circunscrita a determinadas situaciones, no dura un tiempo limitado, o su intensidad es excesiva. En estos casos, se convierte en algo disfuncional y que compromete la salud física y psicológica. Llegados a este punto, es conveniente, y muchas veces imprescindible, consultar con un especialista que pueda valorar y, si es necesario, tratar el problema.
He aquí algunas condiciones y circunstancias que aconsejan consultar:
- Cuando la frecuencia de aparición de la ansiedad problemática es cada vez más elevada.
- Cuando la intensidad con la que aparecen los síntomas de ansiedad supone un problema para el bienestar personal.
- Cuando la duración de los episodios es cada vez más prolongada.
- Cuando la afectación o interferencia en otras áreas de la vida es cada vez mayor. En ocasiones, el problema de ansiedad empieza en una situación determinada y se va extendiendo a otros ámbitos como si fuera una mancha de tinta. Imaginemos el caso de una persona que desarrolla miedo a viajar en los transportes públicos y empieza a evitar viajar en ellos. Dicha evitación supone una restricción importante de su movilidad y de su independencia. Puede que deje de hacer cosas que antes solía, e incluso se vea incapaz de acudir a su trabajo.
- Cuando una persona significativa o un especialista (médico, farmacéutico, asistente social…) , conocedores del caso, lo aconsejan.
- Cuando las soluciones intentadas han resultado fallidas. Muchas personas antes de acudir a un tratamiento especializado para los problemas de ansiedad, han intentado afrontar, de forma espontánea, el problema por su cuenta. Podemos agrupar dichos intentos en tres categorías:
- Intentos útiles: son aquellos que han facilitado la contención o desaparición del problema. Suponen una solución total o parcial del mismo.
- Intentos inútiles: son aquellos que han supuesto un esfuerzo a diferentes niveles, esfuerzos que no ha repercutido en una mejora del problema.
- Intentos contraproducentes: son aquellos que, lejos de suponer una solución al problema, contribuyen a su mantenimiento y perpetuación. Cuanto más esfuerzos hacemos, más enfermamos.
Si llegamos a la conclusión de que el problema de ansiedad merece consideración, el primer paso puede ser acudir al médico de cabecera. Así obtendremos una valoración inicial del caso donde se contemple la conveniencia de ponerse en manos de especialistas.
Fuente: Clínica de la Ansiedad. Psicólogos y psiquiatras. Madrid y Barcelona.
Video: Tratamiento de la ansiedad. Dr. Carlos Baeza Villarroel. Psicólogo