La hiperventilación es un fenómeno respiratorio que suele aparecer en aquellas personas que sufren ataques de pánico. Generalmente, la hiperventilación produce una serie de consecuencias en nuestro organismo que pueden llegar a ser bastante desagradables e incluso alarmantes si uno no sabe a qué se deben. Pero como veremos a continuación, no se trata de un fenómeno peligroso.
¿Qué es la respiración?
Veamos cómo funciona la respiración. Necesitamos respirar para poder dotar a nuestro cuerpo de energía. Los nutrientes que tomamos al comer y beber deben ser transformadas en energía a través de complejos procesos bioquímicos para los que es necesaria la presencia de oxígeno. Cada vez que inspiramos, introducimos aire cargado de oxígeno (O2) en nuestros pulmones. Este oxígeno, será recogido por la sangre en los capilares que existen al final de los bronquiolos para ser transportado hacia el corazón. Una vez allí, el corazón bombeará la sangre para que llegue oxígeno a todo el cuerpo. El oxígeno ayudará a transformar los nutrientes en energía mediante reacciones químicas. Como efecto de este proceso se genera dióxido de carbono (CO2, que será recogido por la sangre para llevarlo hacia el corazón, y de éste hacia los pulmones. Esta sangre, cuando llegue a los capilares de los pulmones, se desprenderá del CO2 para que podamos expirarlo y recogerá nuevamente el O2.
¿Qué es la hiperventilación?
La hiperventilación se define como aquella respiración que está por encima de las necesidades de nuestro cuerpo. Es decir, es una respiración excesiva. Puede producirse por respirar demasiado, respirar superficialmente, tomar grandes bocanadas de aire, etc.
Cuando hiperventilamos, el equilibrio entre el O2 y el CO2 se rompe, es decir, los niveles de O2 se incrementan y los de CO2 disminuyen. El equilibrio existente entre estos dos gases en los pulmones influye directamente en las proporciones que existen de O2 y CO2 en sangre, de manera que las cantidades de CO2 en sangre también disminuirán. Como consecuencia, básicamente, suceden dos cosas:
- La disminución CO2 en la sangre es detectada por el cerebro, que de inmediato intentará poner remedio a esta situación. La mejor y más rápida manera de conseguirlo es reduciendo el impulso de respirar, de manera que se reduzcan considerablemente las cantidades de O2 inspiradas y de CO2 expiradas. Esto significa que mientras estemos hiperventilando, notaremos que nuestro cuerpo hace un esfuerzo para respirar mucho menos, parece que nuestro cuerpo se niega a respirar al mismo ritmo que veníamos teniendo. Lo más común es que intentemos hacer un esfuerzo consciente para intentar respirar más, lo que se traduce en que el desequilibrio entre O2 y CO2 que comentábamos anteriormente no vuelve a su estado normal, sino que se mantiene o incluso se agrava. Si esto sucede así, es posible que nuestro cerebro se esfuerce todavía más para hacernos respirar menos e incluso, si lo considera necesario, parar momentáneamente nuestra respiración para equilibrar el intercambio de O2 y CO2. Cuando nos sucede esto es muy normal que nos asustemos, especialmente si no sabemos por qué ocurre. Mientras hiperventilamos, es decir, mientras respiramos por encima de nuestras necesidades, notamos que nuestro cuerpo reacciona dificultándonos la respiración de tal manera, que lo más sencillo es pensar que nos estamos ahogando. Hay que destacar que este fenómeno no es en absoluto peligroso, aunque puede vivirse como algo bastante desagradable.
- Los descensos del nivel de CO2 en sangre, producen otro fenómeno en nuestro organismo: una alteración del pH de nuestra sangre.
Un correcto equilibrio de estos dos gases en la sangre hace que su pH se mantenga a un nivel constante adecuado para que pueda realizar sus funciones de una manera óptima. Si este equilibrio se rompe, la sangre se vuelve alcalina. Cuando esto ocurre, podemos experimentar una serie de sensaciones:
- Hormigueo
- Rampas
- Mareos
- Sensaciones de frío o calor
- Tensión muscular
- Piernas débiles
- Dificultades de visión
- Palpitaciones
- Temblores
Estas sensaciones pueden resultar desagradables también, en especial si no las entendemos. Como en el caso anterior, experimentar estas sensaciones no es peligroso ni es indicativo de que algo funcione mal en nuestro cuerpo.
En resumidas cuentas, cuando una persona hiperventila, altera las proporciones adecuadas de oxígeno y dióxido de carbono que existen en la sangre. Nuestro cuerpo, al detectar que esto está sucediendo, intentará poner remedio forzándonos a respirar a un ritmo bastante más bajo del que estemos llevando, provocándonos sensaciones similares a las dificultades para respirar. Debido a los cambios químicos que se producen en nuestra sangre, es también posible que notemos algunas de las sensaciones referidas anteriormente. Son un conjunto de sensaciones que pueden sorprendernos y resultarnos desagradables o molestas, pero no son peligrosas.
¿Qué hacer si hiperventilo?
Si es la primera vez que le sucede, lo más aconsejable es ir a un médico para que le haga una exploración e intente detectar si su hiperventilación se debe a una enfermedad física o es producto de la ansiedad.
En el caso de que usted hiperventile por motivos de ansiedad, puede intentar ponerle remedio:
- Debe intentar que su respiración se vuelva regular. No intente respirar más aceleradamente. En el caso de que conozca alguna técnica de respiración (como las que le ha podido enseñar su terapeuta), es un buen momento para aplicarla.
- Respire más lentamente y de manera menos superficial: Puede intentar respirar con los labios fruncidos, como si tratara de apagar una vela. O puede taparse la boca y una fosa nasal respirando simplemente por la que queda destapada. Haciendo esto lo que se consigue es aumentar la cantidad de CO2 en los pulmones.
- Puede respirar durante unos minutos colocando una bolsa de papel sobre su boca y nariz: conseguirá inspirar una parte del CO2 que ya haya expirado, de manera que aumentará su cantidad en el organismo. Hoy en día algunos profesionales de la salud no lo recomiendan, ya que según su opinión, el incremento de CO2 que se produce es demasiado alto.
- Puede intentar llevar a cabo cualquier actividad que le resulte relajante.
¿Qué es la hiperventilación adaptativa? O, ¿por qué al hacer deporte no sufro estos efectos?
Al realizar deporte nuestro cuerpo necesita más energía que si no hiciéramos ejercicio. Como esta energía se obtiene a partir de las reacciones químicas entre los nutrientes y el O2, nuestro cuerpo necesita incrementar su ritmo respiratorio y en consecuencia obtener más oxígeno. Este incremento de O2, al ser aprovechado en su totalidad en los procesos de obtención de energía, producirá grandes cantidades de CO2, de manera que el equilibrio entre los dos gases, no se verá alterado. Tendremos una mayor cantidad de oxígeno que si estuviéramos en reposo, pero también tenemos más cantidades de dióxido de carbono.
Es por esto que cuando hacemos deporte, no tenemos las mismas sensaciones que si hiperventilamos por motivos de ansiedad. A este fenómeno se le llama hiperventilación adaptativa.
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Fuente: Israel Belchi. Clínica de la Ansiedad, 2004.
Para saber más
Clark, D.C. y Salkovskis, P.M. (1987). Cognitive treatment for panic attacks: Therapist’s manual. Oxford: Autor.
Video: Ansiedad y respiración